Número 14 – Fecha: 2 al 15 de Septiembre 2005. Página 23 y 24.
El “kernel” de Monterrey: Ciudad Internacional del Conocimiento
El término “kernel”, hablando de sistemas operativos computacionales, se refiere al núcleo del mismo sistema; es decir, es el programa que permite a otros programas trabajar dentro de la computadora.
Trasladando ese aspecto de Monterrey como una Ciudad Internacional del Conocimiento, vemos cómo la “clase creativa” es y será el factor determinante en la construcción de este magno proyecto del Gobierno del Estado.
Clase Creativa
La clase creativa ha sido abordada por el economista Richard Florida, en su libro The Rise of the Creative Class y también en The Cities and the Creative Class, en donde se argumenta que existen tres factores clave de desarrollo para poder considerar a una ciudad como atractiva, y éstos son:
Tecnología
Tolerancia
Talento
El primer punto, tecnología, se refiere a cómo las ciudades deben ofrecer la infraestructura necesaria en materia de telecomunicaciones, hardware y software para el flujo y creación de información y conocimiento. El segundo punto, tolerancia, se circunscribe al aspecto de permitir la entrada de etnias diferentes, que articulen y creen nuevo conocimiento para agregar valor a la ciudad. El último punto y tal vez el más importante, el talento, connota el nuevo reto económico que no se centra en ver donde están las compañías, sino dónde está el capital intelectual.
Por ejemplo, las antiguas civilizaciones se erigieron porque sus individuos comprendieron y promovieron el intercambio de valor como medio de progreso y desarrollo económico, y es así como hemos pasado de tener economías basadas en agricultura, en industria, a una del conocimiento.
La biblioteca de Alejandría
Continuando en la historia, tenemos el caso de Alejandro Magno y la Biblioteca de Aljandría como primer intento de concentrar el talento de los individuos en un solo punto, sin poder vincular este conocimiento a la aplicabilidad por la destrucción de este recinto a manos de los romanos.
Retomando nuestro tema, ahora el factor de intercambio de “capital” es la creatividad de cada persona, como lo definiría el economista Kjell Nordstrom: “El talento mueve capitales”. Es decir la demanda para el conglomerado de las nuevas ciudades es explotar la mente de cada uno de nosotros como actores y gestores del conocimiento.
Es así como la economía de Monterrey debe promover un nuevo sistema de capitales sustentado en la creatividad de etnias multiculturales, que alimenten en primera instancia el Fórum Internacional de las Culturas 2007, al igual que este proyecto de convertir a Monterrey en la primera Ciudad del Conocimiento de América Latina.
Los niños la materia prima
Para lograr esto, es necesario no sólo pensar en la masa crítica de jóvenes y adultos que están aportando al proyecto desde diferentes áreas del conocimiento, sino incorporar a la materia prima del mismo: “los niños”. Mientras se acerque a éstos a comprender las ciencias de una forma creativa y divertida, podemos estar pavimentando el futuro de los nuevos artífices de la Ciudad del Conocimiento.
Tampoco olvidemos la necesidad de la cultura, punto neurálgico en el esquema de trabajo del nuevo Monterrey, ya que desde tiempos inmemoriales las manifestaciones artísticas se ligan directamente con el humanismo social y la inteligencia creativa de transmitir en cada uno de nosotros el “orgasmo dela piel” cuando, por ejemplo, escuchamos una pieza clásica de Mozart o Beethoven, situación que se repite al observar una obra de arte.
Para finalizar, es necesario tomar las palabras de Florida: “lo más preocupante de las ciudades no es el terrorismo, sino que la gente creativa y talentosa escape de nuestras fronteras” y no únicamente eso, sino también que como ciudad no podamos tener las características necesarias para ser atractivos hacia este tipo de personas, la igual que la capacidad de crear nuestros propios genios creativos que nos enorgullezcan cuando los escuchemos gritar “eureka”.