
MMT Rodrigo Soto Moreno
Confieso que superar el bloqueo del escritor no ha sido fácil, pero la mejor forma de lograrlo es sentarse a escribir, dejando que el vendaval de ideas se plasme en la hoja. Como alguna vez dije, escribo porque no todo cabe en mi cabeza. Esto ocurre en medio del oleaje delicado que navegamos entre los escasos momentos “eureka” y la exposición constante a vastas dosis de información, especialmente a través de nuestros dispositivos móviles.
Hablando de equilibrio, el biológico se refiere a la estabilidad que alcanzan los ecosistemas cuando las interacciones entre organismos y su entorno permiten la sostenibilidad de la vida. Este concepto trasciende la naturaleza y se aplica a la sociedad, la economía y la política, donde el balance entre individuos, recursos y poder puede determinar paz y armonía o, por el contrario, caos y conflicto.
En este contexto, NetLogo, creado por Uri Wilensky en la Universidad de Northwestern, emerge como una herramienta poderosa. Este software de modelado basado en agentes permite simular y analizar equilibrios dinámicos, explorando sus interconexiones. Un ejemplo clásico es el modelo “Wolf Sheep Predation”, que ilustra de forma interactiva el equilibrio entre lobos, ovejas y pasto. Si las tasas de reproducción o el consumo de recursos se alteran, se desencadena un efecto en cascada: un exceso de lobos extingue a las ovejas por falta de comida, o una escasez de pasto elimina a las ovejas, rompiendo la simbiosis natural entre las especies.
En la sociedad humana ocurre algo similar. Nos mantenemos en un ciclo autorregulado donde el acceso equilibrado a comida, agua y energía busca evitar desigualdades extremas y conflictos. Un modelo en NetLogo podría simular la distribución de riqueza: si unos pocos agentes acumulan demasiado, otros desaparecen, desestabilizando el sistema.
En política, el poder también requiere balance; un sistema excesivamente centralizado o dictatorial fomenta la opresión y la desigualdad, mientras que uno caótico carece de dirección. NetLogo podría explorar este equilibrio entre cooperación y competencia, mostrando cómo partidos políticos o países que compiten sin colaborar agotan recursos rápidamente, o cómo una cooperación excesiva diluye identidades y dinamismo.
En el ámbito económico, el equilibrio implica una distribución eficiente de recursos y riqueza. En un mercado ideal, oferta y demanda se ajustan para evitar excesos o escasez, pero la acumulación desigual o la especulación rompen este balance. Las decisiones individuales de los políticos afectan el colectivo, impactando el poder adquisitivo y el flujo de una economía sana, un reflejo de cómo los desequilibrios en una parte del sistema repercuten en el todo.
La belleza de NetLogo radica en su capacidad para transformar conceptos abstractos en patrones observables, revelando que el equilibrio —biológico, social, político o económico— no es estático, sino un proceso dinámico en constante adaptación. Vivimos en un mundo interconectado donde comprender estas dinámicas es clave para diseñar sistemas resilientes, ya sea en la conservación de ecosistemas, la estabilidad económica o la construcción de sociedades justas.
Quizá alguien pudo haberle explicado a Thanos, cuando afirmó: “Con las seis piedras, bastaría un chasquido para que todos dejen de existir”, que con ese mismo poder y su guantelete podría haber duplicado los recursos de los planetas. Luego, usando un software más avanzado que NetLogo, habría simulado modelos para lograr un equilibrio social, político y económico interplanetario, evitando el caos en lugar de provocarlo.
