La Bioética Farmacéutica

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Número 24 – Fecha: 20 de Enero al 2 de Febrero de 2006. Páginas 53 y 54

¿Cuidando la salud o las utilidades?

De acuerdo con el médico canadiense Sir William Osler (1849-1919): “el deseo de tomar medicina es tal vez la característica más representativa por la que el hombre se distingue de los animales”. Esta afirmación es muy cierta en un mundo donde los estudios señalan que la gran mayoría de las personas toman algún medicamento. Tan sólo en Estados Unidos, el 46 por ciento de su población toma por lo menos una droga farmacéutica.

Pero, en un mercado proyectado para tener un crecimiento de entre 6 y 7 por ciento, alcanzando aproximadamente los 640 mil 650 millones de dólares (Intercontinental Marketing Services, IMS Health), ¿dónde recae el interés? ¿En la venta del producto o en obtener salud para el paciente? ¿Son necesarios toda la gama de productos que existen en el mercado?

Lista de 312 medicamentos de la OMS

La Organización Mundial de la Salud cuenta con una lista de 312 medicamentos, que no es un estándar global, pero puede representar una guía para promover la salud en diversos países del orbe. Siguiendo este esquema ¿dónde queda el resto de los productos con que nos bombardean a diario en los diferentes medios de comunicación?

Mucho se ha argumentado que ante la gran competencia existente, las compañías farmacéuticas cambian de forma mínima la composición de un producto para diferenciarlo de su competidor; así pueden sacarlo al mercado y venderlo al consumidor a precios que en su mayoría lastiman el bolsillo.

Por otro lado, las compañías de estos productos argumentan que el precio y la variedad de los mismos está regido por la investigación y desarrollo que se realiza, principal gasto que hacen estas organizaciones; aparte de que muchas pruebas que se realizan no siempre derivan en productos finales para el mercado.

Sin embargo, se ha encontrado que la erogación antes mencionada representa el 20 por ciento de su presupuesto, del cual el 40 por ciento es pagado por el Instituto Nacional de la Salud (Forbes, 27/11/2000). Aunado a esto, mucha investigación se realiza en laboratorios públicos y en universidades. Además, el New England Journal of Medicine y el Journal of the American Medical Association han acusado a los grandes productores de medicina de usar su dinero para impedir o manipular los resultados de las pruebas clínicas. Incluso se habla de que algunas pruebas se hacen fuera de los Estados Unidos, donde derechos humanos no tienen cabida, pues utilizan a las personas como conejillos de indias. Un ejemplo claro se puede ver en la película The Constant Gardener.

Maquillaje Financiero

Otro aspecto por considerar es el “maquillaje financiero”, en el cual las corporaciones farmacéuticas manipulan los números contables para aparentar un alto gasto en investigación y desarrollo buscando justificar el precio y la variedad de los productos que ponen en los estantes de las farmacias a disposición de los consumidores.

Ahora, siguiendo el camino en esta dirección, ¿Por qué no pensar en que las compañías farmacéuticas almacenan su producto para mejores épocas? Es decir, al igual que lo que sucede en la mafia cafetalera, en donde los productores de café esconden, tiran, destruyen o guardan producto con el fin de incrementar el precio de éste en el mercado y así obtener una mayor ganancia a la hora de realizar sus ventas, el dicho es sencillo: “cuando el precio está abajo, guarda el café, cuando el precio está alto, véndelo”.

Imaginemos por un momento un escenario en el que las empresas de fármacos estén reservando la vacuna de la influenza, esperando el momento oportuno en que se disemine por diversas partes del globo terráqueo, argumentando que escasea o que se encuentra en nuevas pruebas clínicas, para después venderla a precios exorbitantes y manteniendo un poder hegemónico de mercadológico.

Países del Tercer Mundo

A su vez, el golpe fuerte viene en los países del tercer mundo o subdesarrollados, como es el caso de África, donde no se permite que se manufacturen y envíen productos genéricos, porque sencillamente no existe ganancia en esos mercados. Las carencias en medicamentos de salud en los países africanos y otros subdesarrollados, se pueden observar en algunos datos publicados en la revista TIME de noviembre de 2005.

En otro tema, los doctores no se salvan, y con incluidos en el esquema, pues para que toda esta maquinaria funcione, se requiere la cooperación de quienes prescriben las drogas. Para lo anterior, la lucha se centra en la seducción de los médicos por parte de diversos laboratorios, que ofrecen conferencias y congresos pagados y regalos que promocionan productos; cocteles, cenas de gala, etc., como “zanahorias” que pueden ganar el favor del médico para que a la hora de hacer su receta incluya el medicamento correspondiente.

En conclusión, el mercado farmacéutico debe definir la variable de mayor peso; es decir, determinar si se encuentran en las acciones o en los enfermos, pues al final del día estos últimos son vistos más como clientes que como pacientes, y el que no tiene recursos monetarios no tiene acceso a una mejor calidad de vida.

De acuerdo con datos de la revista TIME de noviembre de 2005:

– Un niño muere de malaria en África cada 29 segundos

– Alguien muere en el mundo de Tuberculosis cada 18 segundos

– Una persona es infectada por el virus VIH cada 6.4 segundos

– Una mujer embarazada muere de complicaciones de parto cada 60 segundos

Ventas en dólares de mayoristas a las oficinas de farmacia de los respectivos países desde septiembre de 2004 a agosto de 2005 (últimos 12 meses).

Lugar Cantidad en millones de dólares
Estados Unidos 180,300
Canadá 11,500
Alemania 26,900
Francia 22,600
Reino Unido 15,500
Italia 14,600
España 10,900
Japón 60,700
México 7,100
Brasil 6,200
Argentina 1,900
Australia / Nueva Zelanda 5,600

Fuente: IMS Health, Agosto 2005.

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