Revista número 75, del 9 al 22 de mayo de 2008, páginas 4 a 6.
En la oscuridad del inicio de todas las cosas, la Tierra dijo al Universo: “Dame dos átomos de hidrogeno y uno de oxígeno, y a cambio yo te daré vida, y a partir de ahí podré crear lo demás…”
Nuestro relato es ciertamente una fantasía, pero no del todo, ya que el agua constituye un elemento fundamental en la aparición de la vida en el tercer planeta del sistema solar.
Diversos estudios científicos han concluido que vivimos en una “zona habitable” del sistema solar, pues gracias a esto podemos tener el agua en los estados en que la conocemos, pero sobre todo en el líquido, que es el que más nos beneficia como especie, al igual que a todos los seres vivos. Incluso, como dice J. C. I. Dooge, si la Tierra estuviese más lejos o más cerca del Sol, alrededor de un cinco por ciento, u ocho millones de kilómetros, la vida no sería como la conocemos, y el agua no se encontraría en sus tres estados.
Dentro de este movimiento de variables y en la inestabilidad caótica de la formación de la Tierra, hace aproximadamente cuatro mil 400 millones de años, la vida iniciaba su proceso interminable de abrirse camino dentro de nuestro planeta.
ORIGEN DE LA VIDA
Los primeros elementos que dieron origen a la v ida, como la conocemos, fueron la combinación de una sopa primigenia de: metano CH, amoniaco NH, agua H20, hidrógeno H, carbono y fósforo, por mencionar algunos.
Experimentos como los de Stanley L. Miller y Harold C. Urey han comprobado la evolución química que sucedió en la Tierra en sus inicios. Usando agua, amoniaco, metano e hidrogeno, y poniendo estos materiales en un contenedor de cristal esterilizado con electrodos, haciendo la tarea de simular los rayos, el líquido fue sometido a la evaporación, y se creó una atmósfera (similar a los inicios de la Tierra), con la importante variable del vapor de agua.
Después de varias iteraciones y fallas, los resultados del experimento de Miller-Urey arrojaron carbono transformado en compuestos orgánicos y aminoácidos, incluso aquellos que forman las proteínas en las células vivas. También se encontraron los bloques básicos para la creación de ácidos nucleicos.
Como lo ha inferido Carl Sagan, toda nuestra evolución como especie proviene del agua; ahí se formaron las primeras células; en sus palabras, la serie COSMOS, nos dice: “una simple circunstancia química dio lugar a uno de los acontecimientos más importantes en nuestro planeta; había una gran cantidad de moléculas en la sopa primigenia, algunas atraídas por el agua y otras repelidas por ella; las hizo juntarse en círculo, como una membrana, que protegía el interior, donde los ancestros del ADN encontraron un hogar, y surgió la primera célula”.
ORGANISMOS MULTICELULARES
Sagan continúa su relato diciendo que esta célula siguió evolucionando, y fue así como se crearon organismos multicelulares, las primeras plantas, las bacterias que pudieron respirar oxígeno y así sucesivamente, hasta que los peces se adaptaron para poder salir de la tierra, gracias a tener pulmones primitivos para respirar aire, para buscar agua de lluvia. Pero si está no llegaba, tuvieron la capacidad de arrastrarse hacia un nuevo riachuelo o estanque para sobrevivir; de estos anfibios siguió el proceso de la selección natural. Los reptiles y las tortugas, con sus respectivos antepasados, estuvieron ahí presentes.
Una línea de esa evolución condujo hacia los dinosaurios, cuyos únicos supervivientes en la actualidad son los pájaros; posteriormente, otro tipo de animales empezó a caminar en la Tierra. Éstos fueron los mamíferos, para llegar después a los primeros homínidos y a nosotros mismos. Desde la simplicidad compleja de la primera molécula de vida, hasta la elaborada creación del homo sapiens sapiens, toda la evolución ha sido ayudada por el vital liquido H2O.
Para seguir sustentando la importancia del agua en nuestra vida y en todo el planeta, el científico Bill Bryson, en su libro Una breve historia de casi todo nos dice: “El agua está en todos lados. Una papa es el 80 por ciento agua; una vaca el 74 por ciento; una bacteria, 75 por ciento. Hasta los humanos somos agua alrededor del 65 por ciento, más líquidos que sólidos en una relación de dos a uno”.
CICLO CERRADO
Un dato curioso e interesante en este tema es que el total del agua no ha cambiado. Como dice Bryson, no se ha sumado ni restado agua; el sistema se encuentra cerrado. Este científico nos dice que “el agua que estamos bebiendo en la actualidad ha estado haciendo su trabajo desde que la Tierra era joven”.
Para comprender mejor la importancia el agua en nuestra vida, aparte de su papel evolutivo, y el por qué debemos cuidarla, leamos la siguiente información.
Algunos datos duros sobre el agua, obtenidos del sitio de la Organización Mundial de la Salud son:
1- La escasez de agua afecta a todos los continentes; es decir, cuatro de cada 10 personas en el mundo; la situación irá en aumento, debido al crecimiento poblacional, la urbanización, la industrialización y los malos manejos de este preciado líquido (contaminación).
2- Se pronostica que en 2025, alrededor de dos mil millones de personas estarán viviendo en lugares donde la escasez del agua esté por debajo de la cantidad necesaria para que un individuo lleve una vida sana e higiénica (500 metros cúbicos anuales).
3- La contaminación del agua está ligada a diversas enfermedades, como la tifoidea, la salmonelosis, la disentería, la peste, el tracoma, cólera, el tifus, diarrea, entre otras.
POTABLE, SÓLO EL 3 POR CIENTO
Otros datos sobre la cantidad disponible de agua, nos lo presenta How Stuff Works:
– El 70 por ciento del planeta es agua.
– De ese 70 por ciento, sólo el tres por ciento es agua fresca que se puede beber.
– El 97 por ciento restante es agua salada, que no se puede beber.
– De ese tres por ciento de agua potable, el 77 por ciento se encuentra congelada.
– El restante 23 por ciento no está congelado, pero de éste, el 22 por ciento es agua subterránea, y sólo menos del uno por ciento está disponible para todos los seres vivos.
La siguiente ilustración nos explica mejor lo anterior: Bill Bryson apoya lo visto en How Stuff Works, pues señala:
“el agua es vital para nosotros, que es muy fácil que pase desapercibido que solo una pequeña fracción del total no es mortalmente venenosa para nosotros, debido a los niveles de sal que contiene la mayoría que está en los océanos”.
El agua es vida, como dice el dicho, tanto que Bryson puntualiza que “un vaso de agua puede no parecer vivo, pero cada molécula en éste está cambiando patrones en miles de millones de veces por segundo”. Viendo en la noche la inmensidad del cielo analizando un poco, muchos científicos saben ahora que existen otros planetas, tan solo dentro de la Vía Láctea, que cuentan con hidrógeno y oxígeno y por ende con la posibilidad de agua para dar viabilidad a la vida. Así que no descartamos que en algún lugar remoto de la inmensidad exista vida, pero no sólo vida, sino vida inteligente.
PRINCIPIO Y FIN
La situación con el agua es que fue vuestro inicio. Gracias a ella estamos aquí y gracias a ella se le da continuidad en toda la evolución de las especies. Sin embargo, también puede ser nuestro fin, ya que la contaminación de la misma y el desperdicio de ésta en actividades lúdicas y banales puede reducir ese “menos del uno por ciento” para consumir por nosotros como seres humanos y para todos los seres vivos.