Abrazando a mi corcel, comprendí la palabra solidaridad

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Revista número 108, septiembre de 2010, páginas 40 a 43

Mientras caminaba por la Piazza Carlo Alberto, sentía miradas furtivas sobre su persona y el incesante murmullo de la gente cuando pasaba a su lado, pero sabía muy bien lo que decían: que estaba loco, que siempre lo había estado, que era un misógino, un ser agresivo, entre muchos otros apelativos no tan agradables.

Pero realmente eso no lo desconcentraba de sus meditaciones, y, para evitar las miradas y las críticas, Fiedrich Nietzsche se sumergía en sus pensamientos filosóficos; bien sabía que todos esos ataques eran infundados, pues los seres humanos son crueles a la hora de juzgar a alguien diferente al resto de la población.

De pronto un relinchido llamó su atención, y giró su rostro para observar en detalle. La escena era clara: un jinete estaba jalando la embocadura del caballo, al tiempo que levantaba su fuete para castigar al animal por su presunta rebeldía. Nietzsche se echó a correr, llegó al lugar y jaló con fuerza al jinete para apartarlo y posteriormente poner sus brazos alrededor del cuello del caballo y evitar así que lo siguieran lastimando.

Mientras se fundía en el abrazo con el animal, sin que nadie lo oyera, le susurró al oído que perdonara a la raza humana por el injusto castigo que había recibido. La multitud curiosa pensaba que ése era precisamente el acto de un loco, de alguien que había perdido todo sentido de la cordura. Pero, una vez más, Nietzsche no mostró interés en discutir algo que no entenderían; lo que había hecho era simplemente un acto más allá del bien y del mal. 

SOLIDARIO DEL DOLOR AJENO

Friedrich pensaba que la grandeza de abrazar al caballo mostraba su superioridad como individuo, pues se había hecho solidario del dolor del animal y lo había protegido para que no recibiera un mayor castigo.

Sintiéndose incomprendido y solo en la búsqueda de empatía hacia el acto solidario que había concretado, sintió pena por la raza humana y se refugió en el único lugar seguro por el momento: su mente.

No tenía caso filosofar a martillazos, si los seres humanos aún no poseían la capacidad de digerir sus enseñanzas; fue así como, a partir de entonces, la locura se apoderó de él y no salió más de ese estado mental hasta su muerte.

Existe, según Wikipedia, registro del abrazo de Friedrich Nietzsche al caballo en la Piazza Carlo Alberto, pero no hay evidencia de que efectivamente le haya susurrado eso el equino. Cómo me hubiera encantado que le escena anteriormente descrita fuera una realidad y conocer esa faceta solidaria del gran filósofo.

Sin embargo, la historia nos sirve de referencia para este tema de complejo análisis y pocas veces utilizado por nuestra especie. Incluso creo que si empezáramos solidariamente a abrazar a nuestro caballo, tal vez podríamos comprender el significado de la palabra y sobre todo la acción que conlleva a la misma.

Difícilmente seremos olvidados. La especie humana tiene muchos logros de donde asirse antes de caer en el agujero negro del olvido. Pero si algún día se hiciera real la pesadilla de que dejáramos de existir en el planeta y nos extinguiéramos, ¿por qué seríamos recordados?

Si otra forma de vida inteligente llegase a la Tierra, ¿cómo nos describiría? Creo que a pesar de que nuestra última reminiscencia no haya sido una catástrofe nuclear derivada de una guerra entre nosotros, resulta innegable que, en algún punto de su estudio, esa nueva forma de vida inteligente tendría, entre sus diversas conclusiones, que fuimos una especie muy avanzada en gran parte, pero también primitiva, por los restos históricos de nuestra agresividad y por ende falta de solidaridad empática hacia nuestros semejantes y también hacia las otras especies que cohabitan el planeta. O tal vez pensarían que fuimos demasiado solidarios con ideas radicales de agresividad y por eso caímos en enfrentamientos sangrientos sin sentido.

DEFINICIÓN DE LA ACADEMIA

Las diferentes vertientes sociológicas y filosóficas, así como la misma definición de la palabra, le dan diversas connotaciones a la solidaridad, que, estrictamente, la Real Academia Española dice que es la adhesión circunstancial a la causa o a la empresa de otros.

Pero, debido a la amplitud del término, considero necesario acotarlo para su correcto análisis. Es así como podemos hablar de la solidaridad intelectual y moral, como lo ha descrito la doctora Patricia Morales en su escrito UNESCO’s Philosophy of “intellectual and moral solidarity” in attaining peace.

Muchos investigadores (datos tomados de Wikipedia) han señalado que las primeras familias se cree que eran muy independientes, por lo que no desarrollaron en sentido estricto la solidaridad como tal; sin embargo, al crecer las poblaciones, el sedentarismo, la agricultura, la industrialización, entre otras, fueron haciendo que las familias necesitaran de otras familias para progresar en materia económica y evolutiva, situación que fomentó la solidaridad para trabajar por una causa en común o en beneficio colectivo.

Así, el escrito de la doctora Morales toma importancia, pues el dar a la solidaridad un tono de intelectual y moral, nos ayuda a preservar el camino evolutivo de la especie humana; pareciera que, como seres superiores, nos cuesta trabajo conciliar para colaborar en equipo, de forma solidaria, y por un bien superior para la especie.

Como ejemplo, debo mencionar que hasta en los confines de nuestro cuerpo vemos sucesos interesantes, y para esto debemos mencionar lo que dice Daniel C. Dennett, en su libro Freedom Evolves, en cuanto a la relación que parecen guardar las células que nos conforman. Comenta que ninguna de las células que nos componen, (a lo que yo agregaría también las bacterias que nos habitan), nos conoce o sabe quiénes somos, y, por ende, no le importamos.

Sin embargo, esas mismas células y bacterias huéspedes de nuestro organismo trabajan de forma conjunta en un bien común, y podría decirse que hasta solidario. Cada una de sus funciones, por separado y en conjunto, hacen que el cuerpo funcione y les permite conservar su hogar.

Se nos olvida que el trabajo solidario entre especies garantiza su permanencia, y bajo ecuaciones como el equilibrio de Nash, vemos que efectivamente elevar el bien común y trabajar en equipo para ello, ayuda a que un gran número de individuos salgan beneficiados y también que exista igualdad en una sociedad.

OBLIGACIÓN INTERPERSONAL

Para Patricia Morales, la idea de solidaridad tiene antecedentes en todas las culturas con tradiciones de universalidad, desde un punto de vista de obligación interpersonal y de su preocupación por las personas vulnerables.

Asimismo, la doctora nos pone de ejemplo que el uso de la palabra solidaridad fue en el “obligatio in solidum”, y que es la responsabilidad de cada individuo de una sociedad o comunidad, cubrir las deudas comunes. Además, nos dice que después del siglo XVIII, el principio mutuo de responsabilidad entre el individuo y la sociedad se extendió hacia la política y la moral. Fue así como la solidaridad, según Patricia, asume un lugar político junto a la palabra fraternidad, después de la Revolución Francesa.

Incluso, señala claramente que en el artículo XXI de la Declaración de los Derechos Humanos de 1793, la noción de solidaridad se muestra como asistencia pública de forma sagrada y obligatoria por parte de la sociedad, y que se debe proveer para aquellos ciudadanos desafortunados. Aquí solamente hago hincapié en que los derechos humanos solamente deben ser para los humanos derechos.

SÍMBOLO DE LIBERTAD

Pero la verdadera importancia del escrito de la doctora Patricia Morales radica en que nos recuerda el verdadero valor de la UNESCO, que en sus palabras, traducidas, dice: “Sobre la base de la solidaridad, la UNESCO ha sido un símbolo de la libertad y la protección internacional para muchos científicos, educadores y pensadores, promoción de la libertad para el desarrollo humano, cuando se enfrentan a situaciones de opresión o tiranía”.

De lo antepuesto se advierte lo que la doctora Morales quiere permear hacia la sociedad, que es la idea de crear solidaridad moral e intelectual para la humanidad, concepto revolucionario, según la doctora Patricia, que surge para asociar a la ciencia y la ética, que se encontraban disociadas.

En todo esto, el punto neurálgico es crearle a la solidaridad las variables morales e intelectuales, ya que en principio la UNESCO estipula que: “la educación de la humanidad para la justicia y la libertad y la paz son indispensables a la dignidad del hombre y constituyen un deber sagrado”.

RESPONSABILIDAD SOCIAL Y SOLIDARIDAD

A su vez, Morales nos recuerda que, entre las recomendaciones de la UNESCO para la educación y el entendimiento, así como la cooperación, paz y educación para los derechos humanos y sus libertades, se dice textualmente que: “Combinando el aprendizaje, formación, información y acción, la educación internacional debería fomentar el adecuado desenvolvimiento intelectual y emocional del individuo. Se debe desarrollar un sentido de responsabilidad social y de solidaridad con los grupos menos afortunados y debería conducir a la observancia de los principios de la igualdad en la conducta diaria”.

Traigo todo esto a colación porque, ante la ola de inseguridad y violencia que vive el país, una de las salidas para garantizar que futuras generaciones de jóvenes no caigan en las tentadoras ofertas del dinero rápido y se incorporen al crimen, es precisamente garantizar la educación intelectual para todos y la moralidad en sus principios, de forma solidaria, dentro del territorio mexicano.

Ciertamente, la situación se puede contener con las acciones de la fuerza del Estado, pero así no se soluciona el problema de raíz. Escuchar en las noticias que jóvenes de 18 años o incluso menores hayan sido capturados por cometer delitos graves, resulta imperdonable para una sociedad que se ha negado solidariamente a detectar las carencias y vulnerabilidad de estos grupos, para atenderlos.

Es tarea, tanto del Estado como de la iniciativa privada, así como de los centros educativos, trabajar en conjunto y solidarizarse con estos individuos, para garantizarles una educación y oportunidades de empleo.

Por cada joven que pongamos en una librería, en un salón de clases, en una biblioteca, en lugar de verlo en las calles con droga o buscando dinero fácil, habremos contribuido solidariamente con el bien de la sociedad y mejoramos no solamente la calidad de vida de esos grupos frágiles, sino también optimizamos nuestra vida.

EDUCACIÓN PARA TODOS

El punto de la doctora Patricia es muy relevante cuando nos dice que la “Educación para todos fue la traducción efectiva a la educación del principio de solidaridad, y la solidaridad se ha visto reforzada por la participación activa de todos los miembros de la sociedad, en particular de mujeres y niños”. Educación de la UNESCO para todos se ha convertido en una maravillosa herramienta para la consecución de derechos de la mujer a la educación, y su participación plena en la sociedad. Además, es generalmente aceptado que las mujeres suelen desempeñar un papel positivo para una cultura de paz, y en contra de la violencia”.

Mientras más acerquemos la solidaridad a conseguir un beneficio global y que sus resultados incorporen  y permeen a un amplio número de individuos bajo esquemas morales y educativos, contribuiremos en la construcción de un mejor país para nosotros y por supuesto para las generaciones venideras.

NECESIDAD DE CAMBIO

Urge un cambio en la sociedad y en el trabajo del Estado, para que unan sus fuerzas y trabajen solidariamente en reformas inclusivas para incluir al grueso poblacional y hacer partícipes a todos los ciudadanos para que no se sientan excluidos; educarlos no solamente en temas intelectuales, sino también en formación de valores (materia que debe volver a las aulas), además de garantizarles trabajo y la cultura por el mismo, mientras comprenden que el escalar a mejores posiciones toma tiempo y no debe ser suplido por infracciones delictivas que rápidamente los hagan crecer económicamente.

Somos mayoría los que anhelamos una comunidad, una sociedad, una ciudad, un estado, un país, un planeta Tierra que trabaje en coordinación y en la búsqueda de metas globales con mecanismos constructivos y no destructivos, que cimenten con fuerza el siguiente paso evolutivo de nuestra especie.

Empecemos a abrazar a nuestros caballos, y usemos la solidaridad para bien.

 

Referencias:

Morales, Patricia. UNESCO’s Philosophy of “intellectual and moral solidarity” in attaining peace. http://www.onlineunesco.org/UNESCO%27s%20Philosophy.html

Dennet, Daniel C. Freedom Evolves. Viking Penguin, England 2003.

 

 

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