Rodrigo Soto Moreno

La primera aseveración que se tiene que hacer en este sentido es confesar que el que suscribe este escrito, no ostenta todo el saber, ni cuenta con toda la inteligencia que se puede conferir a un primate evolucionado en un Sapiens, pero sí podría atreverme a develar una pequeña mueca de sonrisa y proclamar que puedo defender mi postura y debatir en diferentes áreas del conocimiento.

Lo anterior viene a razón de que desde el momento en que iniciaron mis disparos neuronales inquisitivos, me he preguntado si la propia terquedad de ciertos genes recesivos y letárgicos en el aspecto de realizar disparos neuronales creativos inteligibles, es la que ha logrado que los fanfarrones mitómanos transfieran su descendencia, pero lo peor es que esos organismos pseudo complejos se hayan podido colocar en las supuestas posiciones privilegiadas y de poder, tanto en el ámbito empresarial, así como en el político.

Con esto me refiero a que vivimos rodeados de individuos con poco cerebro o cero inteligencia, pero que han desarrollado una gran cualidad de merolicos y un estilo de seducción similar al flautista de hamelín, logrando embelesar y engañar a la población pregonando que tienen la solución a todas sus plegarias y necesidades, pero la realidad es que no tienen idea ni siquiera de cómo hacer una regla de tres simple, o como diría mi amigo Antonio Poo: “no saben ni con cuantas gorditas se llenan”.

Hablamos de personajes que parafraseando el mayo francés “la sabiduría los persigue, pero ellos son más rápidos”. Individuos que no entienden que no entienden, pero se aprovechan de una población iletrada y con analfabetismo funcional para vender sus productos y servicios vacíos e inútiles pero bien maquillados y ellos con trajes pulcros de marcas costosos y peinados al estilo “lo que el viento le hizo a Juárez”.

Vivimos repletos de analfabetas funcionales que esconden su torpeza bajo el protocolo, distanciándose de la población viviendo en torres de marfil, alimentados de su soberbia, megalomanía y mitomanía. Hablamos de aquellos que venden con su ropa, con el fin de esconder un producto o servicio pésimo, además de esconder su propia torpeza.

Estamos hablando del efecto Dunning-Kruger que es un error cognitivo en personas con pobres cualidades para desempeñarse en cierta tarea, pero estos individuos no se dan cuenta ello, sino todo lo contrario pues tienen una ilusión de superioridad.

Pero si mi explicación no es suficiente clara, permítanme utilizar la de John Cleese, de Monty Python:

“El problema con personas así es que son demasiado estúpidas, que no tienen idea de qué tan estúpidas son. Es decir, si tú eres muy estúpido, ¿cómo te podrías dar cuenta de que eres muy estúpido? Tendrías que ser relativamente inteligente para darte cuenta qué tan estúpido eres. Existe una maravillosa investigación, llevada a cabo por Davig Dunning de Cornell University, amigo mío, quien ha descrito que para poder determinar qué tan bueno eres en algo, se requieren en primer lugar exactamente las mismas habilidades para ser bueno en esa actividad; y esto verdaderamente chistoso, pues si en realidad no eres nada bueno en algo, entonces no tienes las habilidades que necesitas para saber para determinar que no eres bueno en eso, y esto explica no solamente Hollywood, sino también a todo Fox News”.

Aquí la liga al video descrito:

A esta maravillosa explicación de Cleese yo le agregaría que así se explican muchos políticos en la actualidad y muchos líderes empresariales, quienes esconden su brillante estupidez en sus ropas, en su discurso ininteligible y sobretodo aprovechándose de la pobreza y falta de educación de la población, a quienes quieren mantener así, pero en el papel quieren con un plumazo subirlos de escalafón socioeconómico por órdenes superiores en la cadena de mando política.

En el futuro, según mis predicciones, cuando el ser humano inicie la colonización de otro planeta, no solamente se llevará a la papa como cultivo básico para alimentar el cuerpo, sino que también debemos llevarnos a las mejores mentes a esa nueva Tierra, desechando a aquellos quienes solo les interese aplastar a otros, sumados los que no entienden que no entienden, así como dejando atrás a los deshonestos, corruptos, mentirosos, trúhanes, ladrones, rufianes, inmorales, asesinos, charlatanes de oficio, falsos sapiens que impiden nuestro progreso.

Esto último con el objetivo de eliminar de nuestra genética a aquellos que detienen el crecimiento exponencial de la especie humana y que nos alejan de la singularidad de Kurzweil y a la siguiente etapa de la evolución de los seres humanos.

Estamos cansados de permitir que ineptos nos intenten gobernar o dirigir, pues para que exista progreso en este país, el mismo debe estar ligado a la ciencia, a la tecnología, a los emprendedores, a maestros con vocación y no dejarlo en manos de una oligarquía en una torre de marfil, enfermos de poder, de quitarle el dinero al pueblo, llenos de soberbia, pero sobre todo estúpidos por naturaleza.

Premiemos a la mente, a la inteligencia, a la meritocracia y no a los charlatanes, fanfarrones, mitómanos, ladrones, corruptos, mentirosos que se aprovechan del sistema y nos quieren controlar al estilo de Big Brother de 1984; derroquemos entonces a ese sistema podrido y corrupto y permitamos paso a la Economía de las Ideas, aquella ligada a los disparos neuronales creativos y a la mente del explorador científico y no a la del conquistador bélico.

Aplastemos la ignorancia cimentando a las nuevas generaciones con el cultivar la mente inquisitiva de los niños y niñas que nacen siendo científicos, fomentemos el cuestionar todo para comprender el cosmos, para descubrir nuestra posición en el mismo.

Se aproxima una nueva evolución de nuestra especie y así como se extinguieron otros homínidos, estoy seguro que nosotros extinguiremos a quienes han representado un cáncer para la nación y para el mundo.

Desenmascaremos a los falsos sapiens escondidos detrás de ropa costosa impecable y peinados con goma, aquellos con miedo a que expongamos su mediocridad. Demos paso libre al mercado de las ideas ligadas a la ciencia, a la tecnología, a la productividad, al emprendimiento y a la potenciación de la mente humana.