Un Ojo se preguntaba sobre cómo sería el camino hacia el Valhalla, ¿sería elevado por las Valquirias? ¿Odín lo recibiría entre cánticos? ¿Habría algún festín en su honor? Dejándose arrastrar, trataba de percibir el olor de las Valquirias y se imaginaba que su aroma sería similar al de la flor “violeta del ártico” o tal vez como la “púrpura de la montaña”. Pero la verdad es que no le importaba tanto, solamente quería arribar al lugar anhelado.
Pero los olores eran mezclados, y la percepción distaba mucho de lo que su imaginación le dictaba. De pronto el viaje tuvo una pausa y sintió que unas manos se acercaban a su boca, para abrirla e introducir una especie de alimento y al tener, el mismo en su lengua, supo lo que descansaba ahí, era la flor,”lotus blanca”, muy conocida por él, ya que se utilizaba como sedante y afrodisiaco para los guerreros en desventura, lesionado por cierta batalla. Trató de escupir ese supuesto “manjar”, pero su cuerpo empezaba a adormecerse y sabía de la necesidad en calmar el dolor provocado por las porras de esos indígenas. Así que mordió y trago.
Ya no se sentía tan seguro de sus percepciones y dudó del añorado viaje, hacia el Valhalla, y antes de caer en un sueño profundo, abrió su ojo para observar a las Valquirias, pero solamente pudo ver, de forma muy borrosa, una cabellera rubia, que le pareció muy familiar y similar a la utilizada por Blonde. Pero eso sería imposible, pensó Un Ojo, yo lo vi partir en la embarcación hacia el hogar, de vuelta a las montañas nórdicas, ¿o no? Pero ahora el sueño y la anestesia de la lotus blanca, tomaban control de su cuerpo y aunque intentó luchar para clarificar su vista y confirmar su observación, no pudo y tuvo que rendirse y dormir.
Viajó en sus sueños, recordando su tiempo de guerrero invencible, visualizando diferentes batallas y a los diversos “enemigos” colapsados por sus armas naturales y artificiales, y su añoranza de libertad, así como la meta de conseguir llegar al Valhalla y presentarse como fiel y valioso guerrero ante Odín. Sumido en ese trance, se encontraba nuestro héroe Un Ojo; en ese lugar donde la realidad se mezcla con la fantasía y ahí escuchó una voz fuerte y clara, proveniente de todos los sitios y de ninguno en particular, misma que le dijo: “Vivirás y seguirás luchando guerrero, pues aunque hayas trabajado duro para reunirte conmigo, tu soberbia te ha cegado y no te ha permitido abrir las puertas del Valhalla…todavía no…Hoy no…mañana tampoco…pero tal vez algún día te consienta arrodillarte frente a mí, para después permitirte combatir a mi lado…te necesito ahí, probando tu valía cada vez que blandas tu hacha hacia los enemigos…ahora despierta que hay mucho por hacer…”.
No había duda de quién era esa voz, Odín le había hablado, y abriendo con dificultad su ojo, empezó por tratar de reconocer el lugar donde se encontraba. Vio la desconocida y a la vez familiar vegetación, y levantando un poco su cabeza, percibió el gran árbol a su espalda, siendo éste el dueño de la deliciosa sombra que lo cobijaba. Escuchó también la fuerza del río, mismo que alimentaba a toda esa flora tan rica y colorida. Volteó a ver su cuerpo y observó una serie de vendajes en estómago, piernas y brazo derecho; trató de incorporarse, pero su organismo le recordó, con dolores agudos, que eso no era buena idea. Entonces comprendió que el efecto de la lotus blanca se había terminado. Hizo un segundo intento por ponerse de pie, pero tampoco fue fructífero y mientras hacía una mueca de descontento, Un Ojo, escuchó una voz familiar.
“No te levantes guerrero, pues bastante trabajo me ha costado traerte hasta aquí y curar de tus heridas”, dijo Blonde, “llevas días bajo los efectos sedativos de la lotus blanca y en ese tiempo te he dado agua y muy poco alimento…también he sabido de tu plática con Odín, pues hablaste entre sueños y comparto su deseo y el tuyo”, replicó el joven. “No entiendo lo que ha pasado, ¿qué haces aquí Blonde? Te vi partir…”, añadió Un Ojo. “Eso quería que pensarás tú y ellos, los indígenas, pero la realidad es que me disfracé con una máscara que confeccioné en el viaje, misma que representaba a un Jotun, gigante mitológico de nuestras historias, y gracias a ello he podido eliminar a un par de tus agresores y hacer que el resto corriera…tenía razón en sus creencias supersticiosas”, contestó Blonde.
“Necesito recuperar mis poderíos y seguir mi camino”, explicó Un Ojo. “Claro, he preparado algo de comer y estaba esperando a que despertaras…pronto podrás levantarte y seguiremos adelante, pero ahora sabes que puedo ser de ayuda y que tu fortaleza sumada a mi razón, resulta una combinación mortal para cualquier que nos enfrente, además no es presunción, pero he aprendido de ti, algunos trucos de combate”, dijo Blonde. “Mmm…Ya lo veremos joven aprendiz, pero tienes razón, dame algo de comer para recuperar mi fuerza…ahora sé porqué se me negó el Valhalla, no debí ceder y dejar de pelear…tontos, no me han matado y me han hecho más fuerte…no saben del poder de mi ira…pero pronto lo conocerán y comprenderán…comamos pues y luego discutiremos si en verdad puedes caminar conmigo”, replicó Un Ojo, mientras olía el suculento guisado preparado por Blonde. “De acuerdo…y mientras comemos, observa este dibujo que he hecho mientras dormías…es de otro tiempo, años atrás, cuando no eras libre…ahí estás encadenado y yo atrás de ti, dibujando un tatuaje de guerra…”.
Como nuevos amigos y compinches, iniciaron la valiosa ingesta de alimento, mientras observaban el dibujo de Blonde, que aunque no era una obra de arte, contenía algo de verdad en sus trazos…pero ese simple recuerdo provocó un enojo y hambre de venganza por parte de Un Ojo…pronto se dijo a sus adentros…pronto.
Crédito de Foto: “Methuselah3000”