
Rodrigo Soto Moreno
Hace tiempo escribí, alrededor de noviembre de 2012, un artículo titulado: “Por cada peso que gano, alguien deja de ganarlo”, relacionado a cómo ganamos dinero, las diferencias y la formación de clases sociales, bajo la premisa de que la cantidad de dinero y los puestos ofertados en el mercado son finitos. En síntesis mi punto era que: por cada peso que tú ganas, alguien deja de ganar ese peso; sobra decir que lo anterior crea una desigualdad entre los individuos.
Escribo esto porque en algunas ocasiones mi mente ha divagado en relación a: ¿porqué algunos tienen más que otros? Así como la gran diferencia entre las clases sociales existentes, en donde la pobreza continua creciendo en diversos países, como es el caso de México y en donde parecía que ésta es una inequidad indestructible.
¿Qué tanto hemos cambiado? De acuerdo a Jill Treanor y su artículo titulado: “Half of world’s wealth now in hands of 1% of population – report” publicado en The Guardian; pareciera que las cosas van de mal en peor, pues se afirma que la desigualdad mundial sigue creciendo, ya que la mitad de la riqueza de todo el planeta se encuentra concentrada en el 1 por ciento de la población.
En relación a lo anterior ¿dónde queda la clase baja y media? Pues los primeros, es decir la clase baja, aplastados por esta desigualdad y en gobiernos repletos de corrupción, donde impera la “Economía del compadrazgo o apellidocracia”, difícilmente podrán revertir su situación. Mientras que la clase media atrapados como engrane esencial para que se mueva toda la economía, desgastados por sentirse explotados y sin posibilidades de subir en la escalera económica. Todo esto generando una tensión social que puede ser precursora de una revuelta.
Pero veamos un poco más de datos para apuntalar lo descrito, se puede encontrar en lo resumido por Esteban Illades, dentro de su escrito: “Thomas Piketty, el capital y la desigualdad en el siglo XXI” publicado en Nexos, donde después de analizar a la investigación de Piketty nos dice que la tesis central del francés es que a lo largo del tiempo, la renta o utilidad que se obtiene de fábricas, negocios, propiedades, acciones, tiende a ser mayor que la obtenida por medio del trabajo. Creando obviamente una desigualdad cada vez mayor entre ricos y pobres y teniendo a la clase media estancada y preocupada por mantener su trabajo.
Continuando con Illades, otro punto interesante, es que Piketty comenta que aquellos individuos que heredan capital (propiedades, tierra, acciones, negocios), solamente necesitan ahorrar un poco para lograr que su capital crezca mucho más rápido que la economía entera; de nueva cuenta abriendo más la brecha entre ricos y pobres; resultando irrisorio que el trabajo de una vida entera de la clase media, se vaya a la basura versus la herencia de cualquier junior que no hizo nada para merecerla. ¿Dónde queda la meritocracia? ¿Seguimos dominados por la “apellidocracia?
Otra explicación interesante acerca del Capital en el siglo XXI de Piketty, la podemos encontrar dentro del video de Newsnight de la BBC, titulado: “Thomas Piketty’s ‘Capital’ in 3 minutes”, se nos dice que nos debemos preocupar por el capital y no por el ingreso y los bonos (aunque comúnmente esos nos solucionan nuestra vida diaria), es decir Piketty se refiere a propiedades, terrenos, acciones, etc., si es que queremos aumentar nuestra riqueza, pues eso sucede con los ricos quienes ven incrementarse sus fortunas, mucho más veloz que el crecimiento global económico. Sin embargo se remarca, dentro del video, que los ricos son quienes son gracias a sus padres y la herencia que obtuvieron, pero no por el trabajo que hicieron; mi traducción es que el mundo se convertiría entonces en lugar repleto de “juniors”, donde se pone más peso en los nombres (apellidos) versus en los hombres. La meritocracia quedaría abatida y la “apellidocracia” y el compadrazgo florecerían.
Con el fin de detener ese crecimiento desmedido de los ricos y el aumento de la desigualdad entre los que más tienen y los que menos, una solución propuesta por Piketty, es crear un impuesto global a la riqueza o al capital, en donde el que más tiene más paga impuesto y viceversa. Pero ¿qué hay de todos aquellos pseudo líderes públicos y privados truculentos y corruptos? Es decir todos aquellos que escoden su dinero en paraísos fiscales evadiendo al fisco, aquellos políticos que se ligan con empresarios favoreciéndolos para adquirir propiedades a cambio de contratos, aquellos que viven con la desfachatez de una sonrisa y se sustentan mintiendo y estafando a otros, además de la lacerante corrupción en nuestro país que algunos dicen que no se puede meter a todos a la cárcel porque ¿quién cierra la puerta?
A este punto Piketty agrega que será necesario instaurar un castigo penal para los países que maquillen o escondan sus estados financieros, y la misma solución a todos aquellos empresarios o políticos que se valgan de este tipo de artimañas para escapar a paraísos fiscales con tal de no pagar impuestos y evadir el fisco en su país de origen, como suele suceder en México. Además agregaría la necesaria guerra contra la corrupción que tanto daño hace al crecimiento de nuestra nación y que ahora se hace de forma sistematizada, no solamente por empresas ligadas a políticos, sino que está surgiendo con gran fuerza la enseñanza de padres a sus hijos, sobre el cómo debe ser corruptos para prosperar.
Ahora, Piketty argumenta que dos factores vitales de crecimiento son la difusión del conocimiento y el avance tecnológico. Entonces, dentro de nuestro país, tendríamos que invertir fuertemente en educación, en investigación científica, en desarrollo de patentes, en innovación tecnológica y en la divulgación científica y tecnológica para que el conocimiento llegue a todas partes, todo bajo un correcto marco ético de comportamiento para que las nuevas generaciones logren aumentar el crecimiento de nuestra economía y pueda equipararse al crecimiento del capital de los ricos, sobretodo apuntando a cierto descubrimiento científico o tecnológico que sea disruptivo y punto de inflexión económico para impulsar el crecimiento de nuestra nación.
En diversas ocasiones hemos comentado sobre la necesidad de invertir en educación ligada a la ciencia y tecnología para mejorar el PIB del país, pues una economía que depende principalmente de las remesas de los indocumentados y de las entradas de petróleo no puede subirse al siguiente estado de la teoría económica, es decir transformarse en una economía de las ideas. Aunado a esto necesitamos acabar con la impunidad y castigar con todo el peso de la ley a los corruptos y a los que viven estafando a todos con la desfachatez de una sonrisa. Parece una tarea difícil, pero es necesario empezar a trabajar en ello.
