Algo sobre la sociabilidad en los primates

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DeWaal-HandReaching

Imaginemos a Peony, una hembra chimpancé de edad avanzada, aquejada por la artritis y por ende con dificultad para operar con facilidad sus extremidades superiores e inferiores, resultando esto en que no pueda alcanzar el agua para beber. Situación percatada con velocidad por otros chimpancés de su comunidad, auxiliándole y llevándole agua, con buches en sus bocas, para que pueda refrescarse y saciar su sed con el preciado líquido.

A pesar de lo anterior, no debemos olvidar aquellos casos documentados de encuentros violentos entre chimpancés, y derivado de ello, se ha concebido parte de la idea de la agresividad en los primates. Sin embargo para el primatólogo Frans de Waal, existe una clara conciencia de cooperación y respeto entre una comunidad de chimpancés, buscando la paz y tratando de reconciliarse de cualquier enfrentamiento pasado, ya sea por medio de abrazos, besos en la boca y manos, así como el compartir algo de comida. En este tenor, se ha evidenciado que los chimpancés muestran empatía, cuando se ha observado a una hembra consolando a un macho, quien recientemente perdió una pelea con otro más poderoso de su comunidad; aquí se remarca en que la hembra abraza al macho de igual forma en que una esposa abrazaría a su esposo para reconfortarlo.

Pero si queremos hablar un primate más altruista, samaritano y cooperativo, es necesario que nos refiramos al comportamiento de los bonobos, quienes de acuerdo al investigador Brian Hare de la Universidad de Duke, estos parientes lejanos de nosotros los seres humanos, son mucho menos agresivos que los chimpancés, con un cráneo más pequeño y dientes caninos más cortos, caracterizados por pasar gran parte de su tiempo jugando y teniendo sexo.

El bonobo, explicado por Ángela Posada-Swafford, ha sido descrito como el “hippie de la selva” y resulta muy distinto a gorilas y chimpancés. Por su parte Claudine André comenta que este primate “no hace la guerra sino el amor”, dentro de una comunidad o sociedad liderada por hembras. Además Posada-Swafford remarca que este pariente lejano de nosotros (pues compartimos un 99.6% de ADN entre humanos, chimpancés y bonobos), deambula cuidando su territorio, sin atacar a los intrusos, evitando matar y comerse a los pequeños de la comunidad, ni tampoco hace alianzas con otros machos para someter y lesionar a contrarios. En resumidas cuentas Posada-Swafford nos dice que puede decirse que el bonobo no tiene enemigos, claro siempre y cuando excluyamos al hombre.

En la opinión de Brian Hare, tanto chimpancés como bonobos comparten un antepasado en común, hace 1.5 millones de años aproximadamente, pero después de la formación del río Congo las especies fueron separadas y los chimpancés tuvieron que competir con los gorilas por comida y territorio, despertando su agresividad para proteger lo suyo y continuar su supervivencia. Por otro lado en el caso de los bonobos, la división del río los protegió de los embates de los gorilas y por ende tuvieron mayores cantidades de comida. Conjuntamente el investigador Hare señala que aquellos machos que optaron por la estrategia de la alianza en lugar de la fuerza bruta para aparearse, fueron premiados con tener mayores oportunidades para esparcir su descendencia entre las hembras. Además como dice Ángela Posada-Swafford, los bonobos al no estar preocupados por la comida, cuentan con mayor disponibilidad en su agenda para las actividades lúdicas y las relaciones sexuales.

Como último dato de esta colaboración compartiendo de nuevo otro dato de Posada-Swafford, con investigaciones de Brian Hare, en donde se nos habla que una de las diferencias importantes entre bonobos y chimpancés es una hormona denominada vasopresina, actuando como neurotransmisor y ligada con el nivel de sociabilidad en estas especies. Es decir, agrega Hare, los bonobos presentan cierta cantidad de vasopresina y es por ello que son más sociables y menos propensos a la violencia. Además, increíblemente, nosotros los seres humanos, según lo descrito por Hare, contamos con la presencia de vasopresina de forma similar que en los bonobos.

Después de esta breve información, pienso que tal vez, dentro de nuestro código genético se encuentra impresa nuestra capacidad de empatía y cooperación en miras de conducir equitativamente, eliminando la discordia social, a los seres humanos con los siguientes pasos evolutivos que requerimos para seguir avanzado como especie.

bonobohug

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