La Academia y la Universidad

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Número 32, del12 al 25 de mayo de 2006, página 65.

Conquistando la razón y el pensamiento científico

“Que no entre nadie que no sepa de geometría”, se presume decía la entrada de la escuela de Platón, la Academia. De esta forma el filósofo quería dar a entender como solo aquellos que posean el conocimiento eran quienes ostentaban el verdadero poder.  Las clases sociales podían ser mejor definidas por el saber sobre el tener.

En el marco de construir una sociedad ideal y con miras al progreso humano, Platón concebía al pensamiento científico riguroso, la razón y el análisis crítico como la verdadera libertad del cuerpo y del alma.

En este sentido era dichoso aquel que tenía acceso a la información y que podía ser uso de su cerebro para cuestionarse, para preguntarse el porqué de las cosas, el fin que los seres humanos buscamos en esta inmensa sopa de estrellas y polvo estelar.

Fundada aproximadamente entre 385 antes de Cristo, la academia (nombre que se le dio por el héroe ateniense “Akademos”). Fue tal vez el primer centro de estudios avanzados donde diversos nuevos pensadores compartían ideas científicas, filosóficas, poéticas, epistemológicas, éticas y de otra índole con Platón, siendo regocijo de este importante griego que sus conocimientos y los de su maestro Sócrates se difundieran en la sociedad.

Dentro del concepto de estudio se tenía contemplado que tanto hombres como mujeres recibiesen la misma educación; es decir, que hubiera igualdad  de géneros, aunque las últimas no debían descuidar sus labores del hogar.

Hoy el concepto de “academia” ha evolucionado hacia la parte universal con la palabra “universidad”, en donde se pretende que el individuo sea educado, de forma integral y dando oportunidad a que exista permeabilidad de conocimiento en las sociedades.

Es decir que todos tengamos acceso al saber, al pensamiento crítico, a la razón, a la inspiración intelectual; esto se ve reforzado con diversas instituciones públicas, como la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), que encienden su flama de la verdad para dar luz a todo aquel que quiera explotar el conocimiento y estimular sus conexiones dendríticas neuronales para existir pensando y razonando.

Las puertas no solo están abiertas a los que saben geometría, como dijera Platón, sino a todos aquellos que quieran conquistar la razón y el pensamiento científico, pues siempre podrán aprender estos estudios de espacio matemático entre puntos, rectas y otros elementos. Ahora no solo la verdad nos hace libres, sino la conciencia crítica y el pensamiento racional contribuyen fuertemente a esta libertad.

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