El hombre dijo: “¡Hágase una revolución del conocimiento!”

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Número 6 – Fecha: 13 al 26 de Mayo 2005. Página 10.

Y nació la computadora

Dios debe tener una afición para los números, pues todo en nuestro alrededor está regido por una lógica matemática; incluso nosotros mismos somos seres constituidos por medio de combinaciones numéricas. Lo interesante es ver cómo este gusto por las matemáticas nos fue heredado, en la creación, y lo transmitimos directamente hacia uno de nuestros más preciados logros: la computadora.

Este instrumento, entre cuyos antepasados están la máquina mecánica para hacer sumas, conocida como “Pascaline” y desarrollada por Blaise Pascal; la máquina analítica de Charles Babbage, las tarjetas perforadas de Hollerith, los circuitos integrados, los microprocesadores, entre otros, ha sufrido un cambio cada vez más acelerado, y se ha convertido en una herramienta vital para los seres humanos.

Simbiosis entre hombre y máquina

Y no sólo eso, sino que la relación que lleva el hombre con la computadora se ha caracterizado por ser simbiótica. Es decir, somos organismos simbiontes, que obtenemos provecho de la situación en la que nos relacionamos, pues la máquina le resuelve al hombre sus tareas diarias y el hombre dota a la máquina de mayor poder y rapidez en la capacidad de manejar información en cada investigación científica de la informática con aplicaciones tecnológicas.

Incluso, dentro de esta simbiosis está el sueño de muchos investigadores, de crear una máquina que pueda asimilar conocimiento y retenerlo; es decir, tener la capacidad de aprender y tomar experiencia de situaciones pasadas. Todo esto se centra en el poder de creación que tiene la mente humana, que pareciese no tener límite alguno.

El hombre creador e innovador

Todos nosotros contamos con cierta capacidad mental que invita a la imaginación y a la creación de nuevos productos o servicios. Uno de estos sueños se hizo realidad con la computadora. Esta máquina es el producto de varias generaciones de trabajo, y los beneficios que nos han aportado son cuantiosos.

Debemos pensar que este aparato puede realizar un sinfín de tareas que le ordenemos, claro mediante el software adecuado, y resolvernos cálculos que nos tomarían días, semanas, meses, años o incluso que podríamos morir sin encontrar una respuesta.

Impulsos electromagnéticos

En este tenor, la comprensión del cosmos y de nuestros orígenes ha estado a cargo de científicos y máquinas, que mediante impulsos magnético-eléctricos en el cerebro y en los microprocesadores respectivamente, han logrado viajar en el tiempo-espacio para mostrarnos el inicio y el probable fin del universo.

Asimismo, hemos podido visitar, gracias a sondas espaciales y robots computarizados, otros planetas, para conocer posibles similitudes con el nuestro; tal es el caso del satélite de Saturno conocido como Titán. Podemos así pensar en la ilusión de habitar otros mundos, o también pensar en que no estamos solos en este vasto mar negro de estrellas, planetas, astros, y demás cuerpos celestes que ocupan el espacio.

Los “qubits”, computadoras ADN y procesadores con agujeros negros

Los pronósticos para la computadora son alentadores en cuanto a los nuevos procesadores cuánticos, ya que utilizando las leyes de la física cuántica se podrá tener información soportada en “qubits”, es decir, bits que puedan al mismo tiempo ser 0 y 1. También se van a desarrollar computadoras con procesadores que tengan el principio de los agujeros negros de Stephen Hawking, que tendrían capacidades de potencia inimaginables, ya que se ha calculado que un agujero negro puede incluso atrapar la luz, a pesar de que ésta viaja a 300,000 km/s.

Todo lo anterior promete una revolución del conocimiento, siempre con miras a poder replicar la forma en que trabaja el cuerpo humano, ya que nuestro material genético tiene la capacidad de realizar cálculos de una manera más rápida que cualquier computadora existente en la actualidad. Ese futuro no está lejos, a la hora de pensar en la premisa de crear computadoras bajo la estructura del ADN, en donde se puedan almacenar “terabytes” y hacer trillones de cálculos al mismo tiempo.

En el futuro, tal vez nuestro mejor compañero sea un robot, del estilo de los ASIMO desarrollados por Honda, en lugar de la tradicional mascota que es el perro.

 

 

Más allá del bien y del mal

Para finalizar, debemos ver la computadora como una herramienta que estimula nuestros sentidos y nos ayuda a realizar trabajos y operaciones sorprendentes, todo bajo el ingenio humano. Y como creación nuestra, podemos estar orgullosos de ésta, a pesar de los malos usos que se le han dado. Visto lo anterior, podemos entender un poco más a Dios cuando nos mira y analiza lo que, como su creación, hemos hecho en nuestro andar por el planeta. El verdadero uso de las computadoras está en ver más allá del bien y del mal, pensando en el desarrollo tecnológico, actuando bajo un marco ético de comportamiento, y esperar nuevos descubrimientos que hombre y máquina harán, impulsando así un mejor futuro para todos nosotros.

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