Una muestra representativa para votar…

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En cada ocasión que leo algo relacionado con la antigua cultura griega, no dejo de impresionarme por todos los adelantos que tenían en su organización social; particularmente mi impresión viene a raíz de un texto escrito por Joshua Davis, titulado: “Fewer voters, better elections” y publicado en la revista WIRED.

Dentro del escrito, Davis nos comenta que hace aproximadamente 2,500 años, los atenienses desarrollaron un concepto de democracia, básico en la sociedad actual. Pero lo interesante en relación a este tipo de democracia es que no todos los ciudadanos podían votar, pues Aristóteles argumentaba que si todos votaran se podría caer en una oligarquía en donde los candidatos o los individuos poderosos influenciaran a as masas para votar por x o y persona. Por lo que los ciudadanos de Atenas, en forma de utopía, utilizaban una especie de máquina, que de forma aleatoria, seleccionaba a los ciudadanos para un cargo público.

Esto viene a razón de lo que estamos viviendo en México y en otros países, con motivo de las elecciones venideras. En donde es claro observar un gasto gigantesco, que nos cuesta a todos los mexicanos que pagamos impuestos, en donde más que un maratón de resistencia para exponer sus propuestas, parece una carrera de velocidad cuyo fin es bombardear a los votantes para acarrearlos a su gremio y obtener así su voto.

Continuando así, es común que la masa de votantes no se presente en su totalidad a las urnas, lo podemos constatar claramente. Es decir pareciera que el pueblo mexicano está cansado de los candidatos, ya sea para la presidencia como para otros puestos de elección popular, simplemente podemos observar que los últimos presidentes electos han ganado con una votación menor a la de su predecesor, según Jorge Castañeda, para Zedillo se tuvo una votación del 49% en 1994, para Fox una de 43% en 2000 y para Calderón solamente un 35.9% en el 2006.

Lo mismo sucede en otros países, como es el caso de nuestro vecino del norte, Estados Unidos, donde según lo dice Joshua Davis, en las elecciones pasadas casi el 40% de los que pueden votar no emitieron su voto y aun así ese fue un buen año electoral en términos de representatividad de la población norteamericana.

Sumando todo lo anterior, existen nuevas propuestas de cómo deberían ser las elecciones en el futuro. Davis nos habla de dos iniciativas de investigación, una a cargo de un criptógrafo reconocido y otra a llevada a cabo por un grupo de investigadores de la Universidad de Stanford, pero ambas proponiendo volver a utilizar las bases de la mencionada democracia de Atenas. En resumidas cuentas la estrategia que usarían es seleccionar de forma aleatoria y anónima una cantidad determinada de votantes, que sean representativos de toda la sociedad, es decir de todos los estratos sociales, para que ellos sean quienes decidan el ganador de determinadas elecciones.

Seguramente muchas personas en nuestro país estarían en contra de usar un sistema así, pero cabe señalar, como lo dice Davis, que esto no debe causar sorpresa para los ciudadanos, ya que cada vez que tomamos una medicina, la misma fue aprobada gracias a pruebas clínicas de una muestra representativa de la población y que al extrapolarla confiamos en que su comportamiento estará dentro de una distribución normal y es así que la introducimos al mercado. También Davis argumenta que muchas decisiones, en juicios de vida o muerte, son llevadas a cabo por un grupo compacto de personas, mismas que después de analizar la evidencia y escuchar a los abogados de ambas partes, emiten su veredicto correspondiente.

Si a esto le agregamos lo que, de nueva cuenta afirma Davis, en cuanto a que los ciudadanos no se dan el tiempo necesario para estudiar y analizar las propuestas de los candidatos y que muchas veces solamente emiten su decisión de voto basados en su juicio parcial al observar un comercial de televisión de 30 segundos, entonces yo diría que en México sufrimos del mismo o peor malestar. Además, James Fishkin, director del Centro para la Democracia Deliberada de Stanford, dice que el sistema de democracia de los Estados Unidos no está viviendo a lo que su potencial señala, sobre todo cuando existe tan poco tiempo para deliberar y muchos ciudadanos norteamericanos toman su decisión de voto en base a si les gusta o no el peinado de determinado candidato.

Para corregir todo esto, Fishkin está trabajando en organizar pequeños grupos aleatorios de deliberación, de entre 200 a 300 individuos, en 18 países, a los cuales se les proporcionan las iniciativas de los candidatos y en un período de 2 días emiten su voto de acuerdo a lo que estudiaron de cada postulante. Por su lado el criptógrafo David Chaum, trabaja seleccionando un grupo aleatorio, también anónimo, pero representativo de determinada sociedad, en donde se les proporciona a los individuos seleccionados en sus hogares un link con un usuario y contraseña para que puedan ver las propuestas de los candidatos, deliberar en la comodidad de su hogar sin ser identificados por el resto de la población y emitir su voto.

En síntesis las propuestas se leen interesantes, a mi humilde parecer, pero creo que las sociedades no están listas para utilizarlas, aun cuando se garantice que los individuos seleccionados son aptos para emitir su voto, son una muestra representativa de la sociedad, sobre todo representando aquellos sectores sociales que pueden estar más desprotegidos, por su pobreza y que son más propensos a ser comprados para emitir su decisión de voto. Al leer esto, esperemos que muchas personas, que se encuentran inscritas al padrón electoral, emitan su voto y no se queden en casa para después quejarse por el resultado de la votación.

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