Retando a la naturaleza…nuestra adaptación al medio ambiente.

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Rodrigo Soto Moreno

Cierto día, el maestro Zaratustra se encontraba descansando a la sombra de una higuera, refugiándose del picante calor del astro rey, estando así tomó un amplio respiro y se sumió en un profundo sueño para meditar sobre el cosmos a su alrededor. De pronto una serpiente se acercó y sigilosamente se postró cerca del cuello del gran maestro y le picó, inyectándole su veneno. Derivado de lo anterior Zaratustra se despertó con un grito, situación que hizo que la serpiente lo mirara a los ojos y le reconociera de inmediato, por lo que intentó marcharse de forma torpe y veloz, a lo que Zaratustra replicó: “¡No te vayas, pues todavía no has recibido mi agradecimiento! Gracias a tu picadura me he despertado, pues tengo un largo camino que recorrer”. Escuchando esto, la serpiente contestó: “Tu camino es corto, pues mi veneno es mortal”. Zaratustra sonrió y reclamó: “¿Cuándo has visto que un dragón muera por el veneno de una serpiente?, ¡Toma tu veneno de vuelta!, que no eres tan rica como para regalármelo”. Obediente el reptil, se acercó con prontitud al cuello del maestro y lamiéndole la herida tomó el veneno de vuelta, para volver a tomar su camino.

Es muy conocida la capacidad adaptativa de los seres humanos, pues hemos podido poblar lugares inhóspitos para la vida, todo ello gracias a la que contamos con la capacidad de modificar nuestro medio ambiente y hacerlo mucho más acogedor de lo que madre naturaleza lo ha hecho. Incluso pareciera, que debido a nuestro éxito adaptativo, nos gusta erigirnos como la especie dominante del planeta y en un esquema metafórico, similar a lo descrito en líneas anteriores de Zaratustra y la serpiente, parecemos jactarnos de los cambios climáticos pasados y los que se avecinan.

La tarea no ha sido fácil, pues desde el punto de vista de algunos científicos, el ser humano se encuentra dentro de un aparente campo experimental, en donde es puesto a prueba en lo que para muchos sería salir adelante a través, desde un punto darviniano, de la estrategia de la supervivencia del más apto.

Para el paleo antropólogo del Instituto Smithsonian, Rick Potts, existen evidencias claras de que los cambios climáticos fueron responsables de la transformación y evolución de la especie humana. De acuerdo a un estudio elaborado por Academia Nacional de Ciencias y la Fundación Nacional de las Ciencias, se trata de comprender el clima de la antigüedad y cómo influenció la evolución de nuestros antepasados. En ese reporte, se piensa que algunos grandes eventos, como la expansión de pastizales y praderas en África y las posteriores eras de hielo en Europa y Asia, marcaron bifurcaciones en el camino evolutivo que concluyó con el conocido Homo Sapiens.

Además como comenta Lauren Morello, en su artículo publicado en Scientific American y titulado: “What Can Past Climate Change Reveal about Human Adaptation?”, Potts piensa que la especie humana actual es un sobreviviente de diversos cambios ambientales y que gracias a los mismos, cada uno de nosotros ha construido un cierto grado de resiliencia, en relación a la adaptabilidad flexible al medio ambiente.

Pero todo esto ha tenido un costo, ya que según los comentarios de Rick Potts, Lucy o el Australopithecus Afarensis pagó el mismo al extinguirse hace aproximadamente unos millones de años. Otro ejemplo, que nos recuerda Morello, fue el de la civilización Maya que según nuevos estudios se sugiere que las sequías fueron responsables de lesionar sus cultivos y de igual forma disminuir su civilización, particularmente se habla dentro del Journal de Science, que la península de Yucatán sufrió de 3 periodos de poca lluvia en el 810, 860 y 910 antes de Cristo, esto por el análisis de los niveles de titanio que son indicativo de la cantidad de lluvia en un sitio. Se habla de que las sequías tuvieron una duración de entre 3 a 9 años y coincide con las fases en que la civilización Maya declinó.

Estas investigaciones, recomiendan diversos científicos, son necesarias para comprender cómo afectó el cambio climático a nuestra especie en el pasado. Por ello, se deben realizar nuevos estudios y establecer correlaciones entre periodos problemáticos para la adaptabilidad humana por condiciones climatológicas desfavorables y su impacto en la extinción de homínidos, así como de otras especies de plantas y animales.

Por último debemos recordar que aunque nos erigimos como la especie dominante y nos sentimos como Zaratustra y la serpiente, a la hora de cuidar el medio ambiente y el cambio climático, es necesario evaluar las extinciones sufridas en el pasado y que nosotros mismos podemos ser parte de esa estadística.

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