Rodrigo Soto Moreno
La longevidad entre hombres y mujeres.
En el historial de la especie humana, particularmente entre la división de hombres y mujeres, nos resulta familiar observar que las mujeres son mucho más longevas que los hombres. Incluso es común que dentro de las familias, exista una abuela sin abuelo. Una de las explicaciones más comunes, es el estrés al que está sometido el ser humano masculino, llevándolo a desarrollar enfermedades cardiovasculares que le conducen a la muerte.
De forma similar, en el reino animal, se repite la situación anterior. Es decir vemos que los machos mueren antes que las hembras y es por ellos que los científicos se han abocado a investigar lo anterior. En artículo de Brandon Kevin, titulado “Driven to impress females pushes males toward early graves”, publicado en la revista WIRED, se ofrece la explicación de que existe un costo biológico para los machos, al tratar de impresionar a las hembras en el cortejo y poder así tener la oportunidad de atender al llamado de la naturaleza y reproducirse.
Para el biólogo Brian Preston, de la Universidad de Burgundy en Francia, los machos invierten el mayor esfuerzo en sus desplantes extravagantes para el cortejo, lo que les hace que envejezcan de forma más veloz que las hembras. Se ha observado, según Preston, que a medida que un macho envejece, la calidad de su esperma también y por ende se le reducen las opciones para ser escogidos por hembras y por lógica se disminuyen sus oportunidades de reproducirse.
En el caso especial del ave de la estepa o desierto, denominada hubara o Chlamydotis undulata, se ha logrado analizar que su punto máximo de éxito en el cortejo y reproducción, así como calidad de esperma, se logra a los 4 años de edad y a partir de los 6 años de edad se encuentran en pleno declive.
Preston explica que en este caso de las aves hubara, los machos gastan o como él dice “queman su juventud”, en la energía que usan para los colores llamativos de su plumaje, así como en los bailes y posiciones elaboradas que deben utilizar para llamar la atención de las hembras, obviamente en competencia que otros machos.
Entrando al caso de la especie humana, en artículo de Laura Blue de TIME, titulado “Why do women live longer tan men?”, se le cuestiona a Tom Perls, fundador del estudio centenario de Nueva Inglaterra dentro de la Universidad de Boston y nos explica que hablando de las enfermedades cardiovasculares, las mujeres desarrollan estos males 10 años después que los hombres. Es decir las mujeres adquieren enfermedades cardiovasculares entre los 70 y 80 años en promedio, mientras que los hombres las padecen entre los 50 y 60 años.
Una de las razones que se argumenta para la diferencia en que aparece la enfermedad cardiovascular en hombres y mujeres, que señala Perls, es la deficiencia de hierro que tienen las mujeres, debido a la menstruación, pues este elemento juega un papel importante en las reacciones de las células para dañar los radicales libres y que contribuyen al envejecimiento de la misma célula.
Algo que me llamó la atención de lo que dice Tom Perls, en el escrito de Laura Blue, es que al ingerir menos carne roja, estamos ayudando a nuestro organismo a tener menos cantidad de hierro y es por ello que comer más verduras, en proporción a la carne, resulta saludable. Incluso en un estudio en los Países Bajos, en los lugares donde las personas no comían carne roja, tenían un 50% menos probabilidad de tener infartos y enfermedades cardiovasculares, que aquellas zonas donde sí se ingería la carne.
Otro aspecto bastante interesante, también dicho por Perls, es que los hombres estamos expuestos a oleajes de testosterona durante nuestra adolescencia y esto se refleja en nuestro comportamiento que muchas veces es aventurero y sin medir los riesgos, por ello es que vemos a muchos hombres fumando y tomando más en esas edades, así como involucrándose en pleitos y otros comportamientos peligrosos, que ponen en riesgo su vida actual y esperanza de vida futura.
Además de que según Perls, los hombres hacemos 3 cosas más mal que las mujeres, la primera es que tomamos demasiado alcohol, la segunda es que comemos más que las mujeres y la tercera es que no sabemos manejar el estrés de nuestras vidas personales y profesionales, lo que está ligado con enfermedades cardiovasculares.
Por último, en ese valioso escrito de TIME, se habla de que un 70% de la variación de edades entre hombres y mujeres está relacionada a los factores ambientales y los hábitos de cada uno de nosotros, mientras que el restante 30% se encuentra definido en los genes, en lo que podríamos llamar o aludir a cierta especie de muerte celular programada o apoptosis. Pero lo que nos queda de enseñanza, es que en esa decisión de dejar nuestro letargo y enfrentar al estrés, es necesario llevar un estilo de vida y dieta adecuada, tanto en ingesta de comida como de bebida, para aumentar nuestra esperanza de vida, particularmente en nosotros los hombres.
