Que no colapsen las abejas…

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Pocas veces nos ponemos en nuestra pose de “pensador” de Rodin, para analizar temas que parecen robar nuestro tiempo, en lugar de enriquecerlo, y menos cuando se trata de tratar de comprender la simbiosis con diferentes especies de animales, particularmente en este caso el de un insecto muy particular: la anthophila o comúnmente conocida como abeja.

Tal vez si hubiese tenido mayor audiencia la película de caricaturas: “Bee Movie”, en donde participó Jerry Seinfeld con su voz para el personaje de la abeja de Barry B. Benson, así como Renée Zellweger para la voz de Vanessa Bloome, entre otros. Uno de los puntos centrales de la película es precisamente resaltar la importancia de las abejas en la vida del planeta, sobre todo en el consumo humano, pues ellas son encargadas de la polinización de diferentes plantas con flores. Incluso Wikipedia señala que se calcula que una tercera parte de los alimentos humanos se polinizan gracias a diversos insectos, pero primordialmente por las abejas. Hablando exclusivamente del mercado de la miel, May Berenbaum, entomóloga de la Universidad de Illinois, nos dice que vale alrededor de 150 millones de dólares, solamente en los Estados Unidos. Pero si hablamos de los servicios de polinización, como lo describe Berenbaum, dentro de la agricultura es de aproximadamente 15,000 millones de dólares. Incluso Berenbaum va más allá y nos ofrece un ejemplo concreto, al hablar de las conocidas hamburguesas “Big Mac”, mismas que no podrían disfrutarse por los comensales si no existieran las abejas, esto debido a que parte del alimento que consumen las vacas como la alfalfa y el trifolium, son plantas polinizadas por las abejas.

Derivado de lo anterior captó mi atención un artículo que leí en The Economist, titulado: “Colony collapse disorder, Bee off”, en donde se trata de dar una posible explicación del porqué algunas abejas desaparecen. Es escrito inicia diciendo que las abejas productoras de miel (Apis mellifera) son muy sensibles y es por ello que en ocasiones las colonias llegan a su punto crítico  y desaparecen. Se ha especulado en relación a los posibles factores de su muerte, entre los que destacan el cambio de clima, los pesticidas, la destrucción de sus hábitats, pero hasta el momento no se había encontrado en concreto una causa. Tim Cross, en entrevista para The Economist, dice que desde el 2006 el fenómeno conocido como “Colony collpase disorder” ha preocupado a los científicos, sin poder todavía determinar sus causas y se refiere a lo que dijimos cuando una colonia de abejas muere o desaparece.

Alimentando las hipótesis, el investigador Jeff Pettis del Laboratorio de Investigación para las Abejas en Beltsville, Maryland, ha sugerido que la causa puede ser más de una o la combinación de varias. Para sacar datos duros al respecto, el doctor Pettis contaba con reportes previos de que un pesticida llamado: imidacloprid, tenía un efecto negativo en las abejas, sobre todo afectando negativamente su capacidad para aprender, pero quería saber si esta sustancia debilitaba el sistema inmune de las abejas causando el surgimiento de infecciones que se propagaban en una colmena o colonias, muchas de ellas contando entre 30,000 y 50,000 miembros según nos dice Berenbaum. Las investigaciones de Pettis han sido positivas en cuanto a que al infectar a ciertas abejas con una proteína con el imidacloprid, encontró que estas generaban aproximadamente 700,000 esporas de parásitos en sus cuerpos, mientras que el grupo de control sin el pesticida solamente tuvo 200,000 esporas infecciosas. Pettis comenta que todavía falta realizar más estudios, pero es un buen avance para continuar investigando a los pesticidas como posibles responsables del desorden de colapso de las colonias de abejas.

También Tim Cross nos comenta que algunos estudios en donde se ha analizado a las abejas expuestas a ciertos pesticidas, se ha observado que éstas se muestran confundidas y tienen dificultad para realizar tareas de ubicación y navegación, lo que puede ser cierto, porque según Cross, los pesticidas actúan como neurotoxinas afectando a estos insectos. Además analizando a la especie denominada bombus, se encontró que al exponer a la misma a los pesticidas en cuestión, afectaba su tasa de crecimiento y su capacidad de producir reinas para la colmena (disminuyendo en un 85%), con pocas posibilidades para sobrevivir el invierno y sus obreros mostraron claros síntomas de falta de coordinación para la navegación y por ende problemas para regresar a la colmena. Extrapolando estos datos e introducirlos a un simulador computacional, se pronostica que con estos simples hechos la colonia se colapsa. Todavía no existe certeza al 100% de que los pesticidas sean la causa del colapso de las colonias de abejas, pero las investigaciones señalan que tienen gran culpa de ello, esperemos que se tome acciones y se cuide a este preciado insecto, por el bien de la miel y de otros productos plantae que polinizan las abejas.

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