Me enojo y consigo lo que quiero…

Spread the love

Rodrigo Soto Moreno

Me resulta curioso observar que en ciertas ocasiones, algunas personas tienden con mayor facilidad a enojarse que otras, es por ello que busqué información al respecto para comprender un poco más la raíz del enojo.

Según Aaron Sell, John Tooby y Leda Cosmides, dentro de una investigación que realizaron titulada: “Formadability and the logic of human anger”, se nos explica que el enojo es parte básica de la biología humana, apareciendo espotáneamente en la infancia, teniendo una distribución en todas las culturas, teniendo una base neuronal en su funcionamiento.

Dentro de la misma investigación de Sell, Tooby y Cosmides, se tiene la teoría de que el enojo es producido por un programa neurocognitivo, elaborado en la ingeniería evolutiva de la selección natural, en donde se usan tácticas de negociación para resolver conflictos de interés, dando un resultado favorable a la persona enojada.

El punto se centra en que la persona enojada crea una especie de táctica especial de negociación, orquestada con el fin de tener un peso específico superior para conseguir una decisión favorable hacia la meta u objetivo deseado, en pocas palabras las personas “razonan” o más bien reaccionan de forma enojada porque así piensan que van a conseguir su cometido.

Volviendo al estudio, los resultados arrojaron que en situaciones de conflicto, efectivamente los individuos que tienen la habilidad de infligir costos (lastimar por ser más fuertes) o conferir beneficios (ser más bellos o bellas por percepción social), tienen mejor posición en su táctica de resolver conflictos, por ello estos individuos son más propensos a la ira, prevaleciendo sus decisiones en los conflictos de interés, además de pensar que ellos deben recibir un mejor trato que el resto de la población.

En ejemplos más concretos, analizando la biología evolutiva de la especie, para el caso de los hombres, su ira estaba relacionada con la fortaleza física, pues al considerar que pueden someter a otro individuo a su decisión, los invita a tener la capacidad de enojarse para cumplir su voluntad sobre la de otros. De igual forma, los hombres con mayor fortaleza, tienen evolutivamente un mayor historial de resolución de conflictos a través de los golpes, en comparación con individuos más débiles.

Para el caso de las mujeres, se determinó en su mayoría, que ellas al considerarse más hermosas que el resto de la población, utilizan su atractivo para desencadenar la ira y resolver así el conflicto en cuestión. La belleza en general, pero particularmente en el caso de las mujeres, se traduce en términos evolutivos como personas que tienen salud y son individuos con altas tasas de ser escogidos para la reproducción, de ahí que algunos seres humanos se aprovechen de esta tentativa ventaja evolutiva.

Tanto para los individuos que usan la fuerza para solucionar conflictos, prevaleciendo los hombres, así como utilizar la belleza para resolver una situación en cuestión, prevaleciendo las mujeres, consideran que ellos merecen mejor trato de sus semejantes, que el resto de la población.

Estos estudios nos ayudan a comprender mejor la psicología evolutiva, analizado de forma neurocognitiva las bases de la ira en nosotros. Trasladando esto a la actualidad, los mismos autores Sell, Tooby y Cosmides, comentan que como individuos contamos con aquella capacidad de detectar aquellos individuos, en su mayoría hombres, que pueden infligir daño a nosotros e incluso darnos la muerte al enfrascarnos en una resolución de conflicto basada en la fuerza bruta por lo que damos un mayor peso a evitar ese enfrentamiento para nuestro beneficio.

Mientras que hablando de la parte de atracción, se ha documentado que las personas que con mayor atractivo físico reciben mejores sueldos, son más propensos a ser escogidos para puestos ejecutivos y administrativos de alto nivel, además de que son más probables de ser candidatos para puestos de elección popular, al igual que darles una menor sentencia cuando comenten algún delito, pues son visto de forma más favorable.

Después de leer los estudios anteriores, nos resulta claro determinar que los individuos que cuentan con fortaleza física y belleza son más propensos a acudir a la ira o al enojo para resolver situaciones de conflicto. Además de que piensan que deben ser tratados mucho mejor que el resto de la población, porque se lo merecen.

La percepción de estos individuos no es nueva, sino que los circuitos neuronales que la activan residen dentro de la evolución de nuestra especie, donde desde tiempos remotos dimos preferencia a los individuos más fuertes y a las mujeres más hermosas. Sin embargo, creo que es necesario que recapitulemos estas decisiones y que meditemos en cuanto a ceder o conceder la resolución de un conflicto a un individuo cuya estrategia sea la fuerza o la seducción de su belleza. Más bien debemos apelar a nuestra velocidad de procesamiento neuronal aunado a la objetividad al analizar el tema a resolver y poder así obtener una resolución en beneficio de ambas partes.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *