Rodrigo Soto Moreno
Como especie avanzamos, en cada momento, hacia nuestro siguiente paso evolutivo y en cada uno de ellos nos encontramos un sinfín de bifurcaciones o diferentes veredas a seguir. Aunado a esto contamos con una exposición diaria al estrés normal de la vida y al que hemos creado por medio de la compleja coreografía social en la que cada uno de nosotros nos vemos sumergidos.
Es así que el estrés se ha convertido en una de las enfermedades más recurrentes en la gran mayoría de los seres humanos y que cuando el mismo es demasiado, de lo que cierto individuo puede soportar, se termina a veces en la triste resolución de suicidarse para salir de esa situación que parece ser un laberinto infranqueable y que aparentemente crea un dolor psicológico insoportable para ese individuo en particular. De ahí la importancia para ayudar a este tipo de pacientes y darles un tratamiento y terapia adecuada para evitarles tomar la decisión de tomar una salida sin retorno.
Con esta información, me llamó la atención el artículo de Charles Q. Choi, titulado: “Suicide Cells” y publicado en Scientific American MIND. En ese escrito se comenta, que en investigaciones recientes, se ha encontrado que cierto tipo de células del cerebro pueden estar ligadas al suicidio. Específicamente se determinó que los individuos que se suicidan, tienen una concentración mayor de neuronas de von Economo (VENs). Este tipo de neuronas se caracterizan por ser relativamente grandes y ayudar a la rápida comunicación y la regulación global de los disparos neuronales de los estados emocionales, funcionando de igual forma en los grandes simios (nosotros incluidos), los elefantes y los cetáceos (delfines).
Choi nos explica que los investigadores alemanes, que trabajaron en este proyecto, buscaron comprender las raíces del suicidio en el cerebro, por lo que se enfocaron en las redes neuronales ligadas con el dolor psicológico, en donde se incluye la región del córtex cingulado anterior (ACC) y la insula anterior, que es donde más se concentran las neuronas von Economo.
También Choi nos dice que las neuronas von Economo cuentan con neurotransmisores que ayudan a regular las emociones, como lo son la dopamina, la serotonina y la vasopresina, pero sobre todo en emociones sociales complejas como lo es la vergüenza o pena.
Para resolver la incógnita, el psiquiatra evolucionista y neurocientífico Martin Brüne de la Universidad Hospital Bochum y obviamente sus colegas, trabajaron con un grupo de 9 pacientes que murieron por suicidio, diagnosticados con esquizofrenia o síndrome bipolar, contra 30 pacientes que murieron de causas naturales, con el objetivo de determinar la concentración de neuronas von Economo en ellos.
Los resultados arrojaron que los pacientes que mostraban esquizofrenia y bipolaridad y que posteriormente se suicidaron, tenían una significativa mayor concentración de neuronas von Economo en sus cerebros. La tarea ahora, nos dice Brüne, será determinar si las neuronas von Economo efectivamente tienen un rol en procesar emociones complejas como la empatía, la culpa, la vergüenza y que una sobreabundancia de emociones cause problemas a cierto individuo en cuestión y se termine en el suicidio. Además comentó que las personas que tienen una amplia concentración de neuronas von Economo no necesariamente causan suicidio, sino que se debe trabajar en construir emociones positivas, sobre todo habilidades empáticas para relacionarse con otras personas y escapar de la tragedia emocional depresiva.