Desde hace tiempo me inculcaron el respeto hacia los árboles, plantas y demás seres vivos del Reino Plantae. Al escribir esto recuerdo los viajes que hacíamos con mi Padre y mi hermana Ena, a las faldas del Cofre de Perote, con una vista impresionante, para ir a plantar pinos y algunos cedros para restaurar y reforestar los bosques, que han sufrido el embate del egoísmo del hombre.
Las plantas y especialmente los árboles son criaturas que llaman mi atención y me inspiran a tratar de imaginar lo que puedan estar pensando. Sería increíblemente interesante poder saber algo más de su experiencia en el andar evolutivo que han tenido dentro del planeta. Incluso, tal vez, se me ocurre que podríamos aprender algo de la experiencia de los mismos. He tratado, en vano, de tocar el tronco de un árbol para ver si me dice algo, pero todavía no logro comunicarme con ellos.
Ante este recuerdo, me encontré dentro de la revista Wired un escrito relacionado, de Tia Ghose, que se titula: “The Oldest Trees on the Planet”. En ese artículo se menciona, precisamente, que los árboles son los organismos vivos más longevos de la Tierra, incluso haciendo un conteo de que alrededor de 50 árboles han estado aquí por más de un milenio.
Ghose comenta que existen varias razones por las cuales un árbol puede vivir muchos años y una de ellas es porque cuentan con un sistema de compartimientos vasculares, que le permite a algunas partes del árbol morir, mientras otras porciones prosperan. Otro factor de longevidad es que los árboles pueden crear compuestos químicos para defenderse de bacterias o parásitos mortales.
Además existen árboles que tienen la capacidad de eludir al tiempo, como lo menciona Ghose, al enviar clones o brotes de ellos mismos, que son genéticamente idénticos, compartiendo la misma raíz debajo de la superficie. Es decir, lo que para nosotros puede parecer un bosque de árboles similares, en realidad es un mismo organismo (con una red de raíces) que se asoma con clones y brotes.
Como ejemplo de ello, me pareció interesante el caso del Pando, que es una red de árboles, es decir una colonia de clones de álamo temblón masculino (según Wikipedia) que se encuentra en el estado de Utah, Estados Unidos. Pero lo más interesante es que de acuerdo a ciertos estudios se estima que el Pando tiene aproximadamente 6,000,000 de kilogramos de raíces, haciéndolo el organismo vivo más viejo, de acuerdo a Wikipedia, aunado a que su existencia se estima en 80,000 años de edad, cuando según Ghose, nuestros antepasados vivían en África. Aunque cabe aclarar que existen otros investigadores, que estiman también, que el Pando pudiera tener 1 millón de años, estando mayor tiempo vivo que la raza humana por 800,000 años, de acuerdo a lo descrito por Tia Ghose.
En cuanto a otros ejemplos de árboles longevos, que nos presenta Ghose, tenemos:
a) Methuselah. Que vive en California y tiene 4,765 años de edad.
b) Zoroastrian Sarv. Se encuentra en Irán, entre 4,000 y 4,500 años de edad.
c) Llangernyw Yew. Viviendo en Gales y con una edad aproximada de 3,000 a 4,000 años.
d) Alerce. Ubicado en Chile y con 3,620 años de edad.
e) The Senator. Que se encuentra en Florida, con 3,500 años de edad.
f) Jomon Sugi. Dentro de Japón y con un estimado de 2,000 a 7,000 años.
g) General Sherman. Viviendo en California, contando con 2,300 años de edad.
h) Te Matua Nghere. En Nueva Zelanda y con alrededor de 2,000 años.
i) Jardine Juniper. También en Utah y con 1,500 años de edad.
j) Kongeegen. Dentro de Dinamarca y con 1,500 a 2,000 años.
k) Tjikko. En Suecia y con un estimado de 9,550 años.
Para mayor información visitar:
http://www.wired.com/wiredscience/2010/03/old-tree-gallery/all/1


