Gracias a tu posición laboral y alto estatus social vives mejor…pero lesionas mi salud.

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Dentro de la alta esfera administrativa resulta claro que la imagen que nos tratan de vender, tanto a los subordinados como a los consumidores o clientes, es la de un director general entregando a la empresa, sin descanso, laborando incluso los días festivos y los fines de semana. Lo cual, me consta en algunos casos, es cierto.

Sin embargo aunado a la venta de esa imagen de paranoia corporativa o adicción al trabajo, se le suma la de que esos personajes de alta dirección sufren de gran cantidad de estrés y ansiedad, derivando en que desarrollen problemas del corazón y que sean más propensos a enfermedades cardiovasculares.

En cierto momento recuerdo reflexionar sobre lo anterior y concluir que en algunos casos, verdaderamente los directores generales sufren de las afecciones que arriba he descrito, pero que en su mayoría son sus subordinados los que cargan con todo el peso del estrés y ansiedad, mismos que se pueden focalizar en una enfermedad duradera que deteriore o fulminante que sea mortal para el individuo en cuestión.

Ahora nuevos estudios señalan que efectivamente aquellas personas que tienen un estatus social bajo es malo para su salud, esto de acuerdo al artículo titulado: “Social status and health, Misery Index” publicado en The Economist. No solamente se ha confirmado que aquellos individuos en la cúspide social tienen una vida menos estresante que aquellos en la base de la pirámide social, sino que esto se demuestra de igual forma en el mundo animal.

Un grupo de investigadores de la Universidad de Chicago liderados por Jenny Tung y Yoav Gilad se han dedicado a estudiar la reacción de los macacos rhesus, debido a la capacidad que tienen los mismos de desarrollar sociedades jerárquicas como nosotros. La  experiencia de sus estudios les apunta a señalar que los macacos rhesus que se encuentran en la base de la clase social tienen respuesta bioquímicas que afectan su sistema inmunológico.

Para sustentar sus investigaciones, se trabajó con 49 hembras macaco rhesus, con un rango medio, con el fin de que los investigadores pudieran controlar el estatus de cada hembra. Por lo regular cuando en un grupo se introduce una nueva macaco rhesus, es considerada de bajo rango por los macacos rhesus hembra que ya se encontraban en ese grupo determinado. A primera vista existían diferencias en la actividad de los genes de las macacos rhesus de alto rango versus las de bajo rango. En particular las macacos rhesus de bajo rango mostraron altos niveles de genes relacionados con la producción de diferentes células relacionadas con el sistema inmune y algunos factores químicos de señalización, así como la inflamación, desde la perspectiva de manifestación de enfermedad, donde wikipedia nos dice que “se trata de una respuesta inespecífica frente a las agresiones del medio, y está generada por los agentes inflamatorios. La respuesta inflamatoria ocurre sólo en tejidos conectivos vascularizados y surge con el fin defensivo de aislar y destruir al agente dañino, así como reparar el tejido u órgano dañado. Se considera por tanto un mecanismo de inmunidad innata”.

Pero, de acuerdo al escrito, lo más interesante de las investigaciones de Tung y Gilad es haber logrado encontrar evidencia de la epigenética, que de acuerdo a wikipedia: “La epigenética (del griego epi, en o sobre, y -genética) hace referencia, en un sentido amplio, al estudio de todos aquellos factores no genéticos que intervienen en la determinación de la ontogenia [(también llamada morfogénesis u ontogénesis) describe el desarrollo de un organismo, desde el óvulo fertilizado hasta su senescencia, pasando por la forma adulta]. Es la regulación heredable de la expresión génica sin cambio en la secuencia de nucleótidos. El término fue acuñado por C. H. Waddington en 1953 para referirse al estudio de las interacciones entre genes y ambiente que se producen en los organismos”.

En síntesis la epigenética, de acuerdo a Tung y Gilad, es el proceso en donde los genes se activan o desactivan por la presencia o ausencia de ciertas estructuras químicas, en los grupos de metilo y acetilo y según estos investigadores la epigenética es responsable de crear estatus sociales en los individuos y mantenerlos, debido a que las células con cierta expresión genética se divide y pasa su herencia a nuevas células hijas creadas. Una diferencia clara en los grupos químicos fue en el de metilo, pues se manifestaba diferente entre individuos de clase alta y baja. De forma más simple cada grupo social, clase alta o baja, tiene una diferencia de expresión genética dentro de la estructura química del metilo.

Pero ante lo que podría considerarse como destino, Tung y Gilad, encontraron que esto se puede modificar, pues cuando cierta macaco rhesus pasó a un estatus social de mayor nivel, también se modificó de forma inmediata su expresión genética, recompensando su sistema inmunológico y traduciéndose en mejor salud para ese individuo.

Al final el escrito en The Economist concluye que lo mejor es entonces subir de peldaño social con el objetivo de tener mejor salud al modificar nuestra expresión genética y eliminar tanto estrés como la ansiedad para proteger nuestro sistema inmunológico, pero yo agregaría que sería muy conveniente que los altos ejecutivos y directivos no le carguen la mano a sus subordinados, pero si eso sucede un poco de lectura de Nietszche nos ayuda a mejorar nuestro día y sentirnos tal vez como súper hombres o súper mujeres, según sea el caso, siendo esta posiblemente una mejor medicina, en forma de placebo, para contrarrestar el efecto de oxidación del estrés y ansiedad.

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