El “tormento” de estudiar matemáticas

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Rodrigo Soto Moreno

Una de las ramas del conocimiento que más atormenta a los seres humanos en las diferentes etapas de su vida, son las matemáticas. Creo que son pocas las personas que no les tienen aversión y que las dominan con facilidad y las usan con agrado, ya sea dentro de sus estudios o dentro de su área profesional.

Sin embargo considero que mucho de ese miedo parte de la sociedad y de la estrategia cultural que se aplique a los estudiantes desde edad temprana. Esto debido a que cuando leo que las revistas más populares para los mexicanos son tv notas y tv novelas, entonces concluyo que algo mal está pasando en el interés de los jóvenes.

Por otro lado, en ocasiones se concluye que un hombre tiene más habilidad e inclinación hacia aspectos científicos y matemáticos, debido al argumento de que la gran mayoría de los premios nobeles y músicos clásicos (asociando la música y la matemática) son hombres. Pero toda esta discusión vino a causar más polémica cuando en el 2005, el entonces presidente de la Universidad de Harvard, Lawrence Summers comentó, que para él, las mujeres poseían en promedio una menor habilidad innata hacia las ciencias y por ende a las matemáticas, al ser comparadas con los hombres.

La polémica no se hizo esperar y diversas mujeres criticaron la postura de Summers, al considerarla agresiva, sexista e incluso racista. Además se realizaron otras investigaciones para determinar si efectivamente Summers tenía razón o estaba equivocado. En un artículo titulado: “Sex, Math and Scientific Achievement” de Diane F. Halpern, Camilla P. Benbow, David C. Geary, Ruben C. Gur, Janet Shibley Hyde y Morton Ann Gernsbacher, publicado en noviembre del 2007 en Scientific American, se nos comenta que las mujeres tienen, en promedio, mayores habilidades verbales (sobre todo en escritura) y mejor memoria para eventos, palabras, objetos, rostros y actividades. Por otro lado los hombres, son mejores para manipular mentalmente objetos y para realizar tareas cuantitativas que se basan en representaciones visuales. Sin embargo, argumentan los investigadores, diversos estudios sugieren que se puede trabajar desde la edad temprana en los individuos, con el objetivo de mejorar cierto grupo de habilidades.

Otras investigaciones, reportadas por Christie Nicholson, en un escrito titulado “No gender gap in Math”, escrito también publicado en Scientific American, señala que dentro de un estudio de casi medio millón de niños y niñas, alrededor del mundo, no se encontraron diferencias significativas en cuanto a la habilidad matemática ligada al género masculino o femenino. Dentro de ese estudio, contenía a niños y niñas de entre los 14 y 16 años de 69 países, a los cuales se les aplicó un examen que abarcaba cuestiones de álgebra, geometría, análisis de datos y conceptos de números. La líder de este estudio, Nicole Else-Quest de la Universidad de Villanova, dice que en promedio, alrededor de diferentes naciones, la diferencia de género en las matemáticas era casi imperceptible. Sin embargo, nos explica Nicole, resulta curioso que algunos países las mujeres obtienen mejores resultados que los hombres y viceversa. Else-Quest piensa que existe una asociación entre el estatus social que tiene una mujer en su país y la habilidad que muestra en cuanto a las matemáticas.

Lo que se ha concluido, en el escrito de “Sex, Math and Scientific Achievement” es que tanto hombres como mujeres, desde la edad temprana, estamos expuestos a un sinfín de variables sociales, psicológicas, económicas, ambientales, entre muchas otras, aparte de las genéticas, y que cada una de ellas influye en la manera en que aprendemos y razonamos el conocimiento. Además de que dentro del ambiente preescolar, tanto niños como niñas cuentan con la misma capacidad cognitiva en relación al pensamiento cuantitativo y el conocimiento de objetos que nos rodean en el medio ambiente.

La clave y diferencias en el aprendizaje del conocimiento, particularmente el de las matemáticas, viene desde la edad temprana y en el fomentar tanto en la escuela como en el hogar el uso de las mismas y evitar así la aversión a ellas. Además de que socialmente debemos evitar la frivolidad del medio en que nos desenvolvamos porque seguramente nos puede influir de forma negativa, como fue el caso tan sonado de la muñeca “barbie” de 1992 pues esta muñeca decía “las matemáticas son difíciles”, situación que creaba una predisposición a las niñas para concluir que debían evitar las matemáticas por su dificultad y centrarse en otras áreas del saber.

Al final del día somos todo un cúmulo de experiencias en nuestro encuentro e interacción con el mundo que nos rodea, pero tanto hombres como mujeres contamos el mismo poder cognitivo para procesar neuronalmente la información que recibimos, obviamente cada uno de nosotros es diferente en cuestiones de gustos por una u otra área del conocimiento y en esa diversidad somos un engrane de la maquinaria y sistema biológico evolutivo que camina hacia un nuevo horizonte de nuestra especie, pero opino que a nadie le hace daño tener un poco de conocimiento en relación a las matemáticas, sobre todo si es una ciencia que rige al cosmos, así como gran parte de nuestra vida diaria.

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