Comprender las acciones y reacciones sociológicas humanas resulta una tarea compleja y en ocasiones casi titánica, pero siempre nuevas investigaciones científicas nos acercan más a tener una mayor claridad en las estrategias sociales y económicas que motivan a cada uno de los seres humanos.
En este tenor, leyendo Scientific American, pude localizar un artículo relacionado a lo descrito en el párrafo anterior. El título del mismo es: “Life is a Shell Game”, escrito por Ivan Chase, donde se habla de lo que le pasó recientemente a ese investigador cuando se encontraba caminando en las playas de Long Island y casualmente tiró una concha de caracol, donde para sorpresa de Chase, después de unos minutos un cangrejo ermitaño aprovechó la situación y fue inmediatamente a inspeccionar el aparente desecho de este ser humano para ver si podía hacerlo de su propiedad. Dejando la concha de caracol que traía, para proteger su abdomen, el ermitaño se paseó brevemente por el interior de la que invitaba a ser su nuevo hogar, y viendo que era más espaciosa que la actual, no dudo en mudarse rápidamente.
Chase estaba maravillado porque en un instante, lo que para él había sido trivial, al tirar la concha de caracol, para el cangrejo ermitaño fue un regalo del cielo, proveyéndole un nuevo espacio vital para continuar su vida con mayor comodidad. Pero la historia no termina ahí, pues la concha que había dejado ese ermitaño, volvió a ser intercambiada por un nuevo cangrejo ermitaño, más pequeño, quien también consideró que ese hogar vendría a proveer mejores oportunidades de supervivencia para él, así que se despojó de su concha y tomó la que había sido desechada. Nuevamente se sorprendía Chase, pero todavía faltaba un movimiento más, pues salió un tercer cangrejo ermitaño, más pequeño que los dos primeros y fue por la última concha de caracol abandonada, probándosela y viendo que era mejor que la suya, se le adueñó con gusto para seguir su ruta.
De forma increíble, se llevaron a cabo tres intercambios, en este caso de residencia, de forma en que cada ser vivo involucrado mejoró su posición social y económica, al mudarse a una mejor residencia que le proveería de un mayor espacio, pero sobre todo le brindaría una mejor protección ante posibles depredadores o las tradicionales inclemencias del clima. Sin embargo, para Chase, lo más sorprendente es maravillarnos de como un cangrejo ermitaño con cerebros y sistemas nerviosos relativamente pequeños, han podido desarrollar complejos comportamientos sociales, a lo que yo agregaría económicos también, pues llevan a cabo un simple proceso de costo (al dejar su concha actual) sobre un posible beneficio a largo plazo (adquirir la concha nueva).
Extrapolando todo esto a nuestra vida diaria, cada uno de nosotros estamos expuestos a tomar decisiones en base a una cadena de vacancia, simplemente muchos hemos adquirido un auto usado, mismo que alguien dejó por adquirir uno nuevo y para nosotros puede representar una buena oportunidad, haciendo nuestra tarea como cangrejos, al analizarlo y ver el kilometraje, la pintura, el motor y el estado general del auto versus el precio para dejar también el nuestro a cambio y dar el dinero de diferencia o simplemente dar el dinero total por el producto. Lo mismo sucede cuando cambiamos de hogar y adquirimos una casa, cuando cambiamos de trabajo o subimos de puesto, así como cuando fallecemos y alguien aprovecha nuestros recursos dejados atrás.
A todo esto se le conoce como “cadena de vacancia”, definida por Lawrence Pinfield como una estructura social a través de la cual se distribuyen recursos a los consumidores y en donde cada unidad de recurso disponible o que llega a una población, es tomada o aprovechada por el primer individuo en línea, quien a su vez deja otra unidad atrás y esa “vieja” unidad es tomada por un segundo individuo, también dejando una unidad usada detrás y así sucesivamente.
Es bien sabido que la naturaleza se mueve bajo la premisa de nunca desperdiciar nada, realizando un reciclaje de materiales, en donde se aprovechan todos los recursos que otros dejan o se reincorporan a la tierra, cuando algún organismo muere, alimentando a ésta cuando deja de existir como tal. Pero que no se nos olvide que como seres humanos, también tenemos incorporada esa estrategia socioeconómica en nosotros, pues cada uno nosotros añora escalar un peldaño extra para subir en la escalera de las diversas y diferentes clases socioeconómicas a las que pertenecemos y ansiamos pertenecer.
Es así que lo que para unos puede ser considerado como viejo y digno de cambio o actualización, ese recurso, producto o artículo que se deja, es una unidad valiosa para otro individuo, quien la hace suya y le saca provecho al máximo, hasta que al llegar a determinado punto, también puede ser considerada como desgastada y se deja atrás, para otro la goce o se convierta en reciclaje para formarse otra unidad totalmente diferente, pero nunca desperdiciándose, desde la perspectiva biológica, química o física.
Un punto muy importante que nos recuerda Chase es que la cadena de vacancia la define la unidad disponible y no el individuo en cuestión, es decir, cuando tenemos un recurso que alguien deja, es el momento en que se establece el proceso coordinado de lo que deja uno por otro artículo que según su criterio le va a proporcionar mayores beneficios que lo anteriormente utilizaba.
Derivado de todo lo anterior, Chase nos comenta, que debemos llevar estos procesos biológicos que observamos en los cangrejos ermitaños, para repartir de mejor forma la vivienda, la comida, los trabajos, y otros recursos en diferentes poblaciones, con el fin de beneficiar a un mayor número de individuos y tal vez así tratar de abatir la inequidad indestructible, que es así, como he llamado a la pobreza.
Para terminar el escrito los invito a reflexionar sobre este proceso y no tomar a la ligera cada una de nuestras acciones, pues lo que para nosotros puede ser como viejo, usado, desgastado y sin utilidad, en un movimiento de ascenso socioeconómico, para otro individuo puede darle un gran placer al tener lo que aparentemente para nosotros no sirve.
