Sabemos que la confianza es la base de muchas relaciones sociales, pero también tiene fuerte impacto en el engranaje de la economía. Pero para entender lo anterior de forma más clara me gustaría tomar ciertos ejemplos con el fin de clarificar el punto.
Para entrar en tema vamos a tomar el ejemplo de “La Tragedia de los Comunes” que se refiere a los descrito por el profesor de Oxford, William Foster Loyd, en donde habló en 1883 sobre la Inglaterra de esa época en donde se tenía pastizales de terreno en común para que los granjeros los compartieran y pudieran llevar a sus animales a pastar.
El acuerdo para que este sistema funcionara, es que los granjeros llevaran un número limitado de animales para no desgastar el pasto y permitir que los animales comieran de una zona, moviéndose a otra para dejarlo crecer y así sucesivamente, con el fin de no colapsar el terreno por la falta de pasto fresco como alimento.
Sin embargo los problemas vinieron cuando algunos granjeros quisieron maximizar sus ganancias e introdujeron un mayor número de animales, que los permitidos, logrando que el pasto no creciera a una tasa adecuada para que todos los otros animales tuvieran oportunidad de comer.
El resultado creó improductividad, lesionando a todos los granjeros incluidos los ventajosos que quisieron sacar provecho de forma abusiva.
El ejemplo anterior, de acuerdo a Dan Ariely, ha sido usado por economistas, psicólogos y ambientalistas, entre otros, para explicar que cuando usamos un recurso natural a una tasa que permitamos que se renueve o no se agote, todos salen ganando.
Pero si surgen individuos con ambición desmedida, entonces se pone en riesgo el equilibrio del recurso en cuestión y el consumo del mismo se vuelve insostenible, teniendo que largo plazo todos pierden, según Ariely.
Al leer el ejemplo anterior, podemos llegar a ciertas rápidas conclusiones:
- Algunos seres humanos tienen problemas para trabajar o colaborar por un beneficio en común.
- El equilibrio de una comunidad se pierde cuando surgen personajes con ambición desmedida.
- Podemos perder el objetivo común, al fijarnos un beneficio a corto plazo y no un beneficio a largo plazo.
- En el momento en que alguien saca ventaja personal de un acuerdo en común, para beneficio de todos, se pierde la confianza del grupo.
- Cuando se pierde la confianza, es muy difícil o casi imposible recuperarla.
Pero para determinar la importancia de la confianza en el mercado, veamos otro ejemplo, presentado por Dan Ariely en su libro Predictably Irrational, en donde nos dice que supongamos que alguien nos ofrece 10 dólares y la misma cantidad a 3 personas más. Es decir somos 4 individuos con 10 dólares cada uno.
Posteriormente se nos da la oportunidad de aumentar nuestro dinero, al poner lo que queramos de nuestros 10 dólares en un rendimiento grupal, que nos da el doble del dinero que pusimos, con la condición de que se reparte de forma equitativa a los 4 individuos.
Imaginemos que los 4 ponemos nuestros 10 dólares en ese rendimiento grupal, entonces tendríamos 80 dólares y se repartiría de forma equitativa para tener 20 dólares cada quien.
Siguiendo este tenor, Ariely, nos dice que supongamos que ponemos los 10 dólares, suponiendo que los otros 3 individuos harán lo mismo.
Después de poner nuestros 10 dólares, esperamos nuestra ganancia, pero nos llevamos una sorpresa, en lugar de recibir los 20 dólares, solamente obtenemos 15 dólares. Lo anterior debido a que uno de los individuos, que lo podemos denominar como “F” de falso, decidió quedarse con su dinero y recibir ganancia de lo que pongamos los otros 3.
Siguiendo en este tenor, empezamos a crear una especie de desconfianza, porque vemos que el individuo “F” de falso, se beneficio de forma indebida y sin riesgo. Es lo que en economía se conoce como “polizón”. De acuerdo a Wikipedia: “son aquellos individuos o entes que consumen más que una parte equitativa de un recurso, o no afrontan una parte justa del costo de su producción”.
Pero bueno, nos pregunta Ariely, ¿qué pasaría si volviéramos a jugar con los mismos individuos y con la misma cantidad? El investigador Ariely nos dice que supongamos que de nuevo tenemos nuestros 10 dólares y vamos a buscar el mismo rendimiento grupal de duplicar lo que se ponga ahí.
Pero al existir la referencia de lo que sucedió en la ocasión anterior con el personaje “F” de falso, no queremos poner todos nuestros 10 dólares y ahora, como lo comenta Ariely, solamente ponemos 4 dólares, lo mismo hacen los otros 2 participantes y “F” no pone nada de nuevo. Al final tenemos que pusimos 12, se duplicó a 24 y obtuvimos 6 dólares de ganancia, sumados con los 6 que ya teníamos, el resultado es 12 para todos, menos para “F” que sale ganando con 16. Es decir 10 que se quedó y la ganancia libre de 6.
Si quisiéramos seguir el juego, como lo plantea Ariely, ahora se ha perdido en su totalidad la confianza y tanto nosotros, como los otros 2 jugadores, sin contar a “F” porque sabemos lo que hará, no quieren poner dinero y cada quien deja de percibir ganancia.
El punto del ejercicio es claro, cuando tenemos alta confianza en el grupo, podemos maximizar el rendimiento de la inversión, en este caso obtener 20 dólares cuando los 4 individuos jugando ponen sus 10 dólares. Pero cuando la confianza se pierde, y vemos a polizones como “F”, que reciben ganancia sin asumir el riesgo y sin ofrecer nada, entonces entramos en picada y a largo plazo todos perdemos.
En el corto plazo y de forma económica egoísta, puede justificarse el violar la confianza para maximizar mi ganancia, pero a largo plazo todos perdemos y el mercado pierde actores para generar riqueza.
A mi parecer, en nuestro país y en nuestras relaciones personales, familiares y profesionales, debemos cuidar la confianza porque una vez perdida ya no volverá y nos puede pasar como Pedro y el Lobo, pero con el final que me gusta, en donde el Lobo se come a Pedro.
