En diversas ocasiones hemos sido testigos de la ubicuidad de las matemáticas, sobre todo en el diseño del universo y de la naturaleza. Derivado de esto, no es la excepción que en las parvadas de pájaros los investigadores puedan encontrar patrones matemáticos a la hora de observar a detalle los movimientos en sincronía de estas maravillosas criaturas.
En cierta ocasión recuerdo haber leído que los movimientos sincrónicos de las parvadas, son el resultado de pequeñas comunicaciones entre el miembro más cercano que cada una de las aves tiene a su lado. Es decir, cada ave está atenta a los despliegues que su vecino hace y de esta forma regula su movimiento para estar en simbiosis, teniendo así el resultado final de parecer un solo organismo, gracias a la suma de cada una de sus partes.
Con el fin de sustentar lo anterior y tratando de comprender la belleza de los movimientos en este tipo de organismos, contamos con el artículo de Brandon Keim, titulado: “Starling Flocks Behave Like Flying Magnets” y publicado en la revista Wired, en donde de entrada se nos comenta que para lograr esa extraordinaria coordinación, las bandadas de pájaros, se comportan matemáticamente similar a lo que sucedería con los metales al ser magnetizados. Además, como nos lo dice Keim, los investigadores señalan que la sincronía de las aves puede ser descrita con las mismas ecuaciones con que se describen las avalanchas.
Explicando la forma en que se realizaron estas investigaciones, Keim describe el trabajo realizado por Iene Giardina, de la Universidad de Roma, explicando que gracias al uso de diversas cámaras y software matemático, se rastrean los movimientos de las aves de forma individual, analizando así la dinámica de la parvada en lapsos de segundo a segundo.
Gracias a todo este trabajo, los mismos científicos han podido determinar que los cambios en la velocidad de cualquier ave, afectan la velocidad de todos los demás en la parvada, sin importar la distancia entre ellos. La relación de este tipo se asemeja a lo que se conoce como de libre escala, misma que surge en los sistemas que están cercanos al borde crítico, como suele suceder en los cristales de nieve momentos antes de una avalancha.
En nuevos estudios, Giardina, explica que se centraron ahora en analizar la orientación de las aves, en lugar de la velocidad, encontrando que un ave que modifique su orientación, solamente afecta a 7 de sus vecinos para modificar la misma, siendo un patrón consistente sin importar la cantidad de miembros en la parvada.
Buscando encontrar una similitud matemática para este comportamiento, los investigadores se asombraron al ver que la física del magnetismo cumplía con los requisitos, misma que describe los giros del electrón en partículas se alinean con sus vecinos cuando los metales se magnetizan.
La investigadora Giardina, comenta al final, que aunque se sabe que uno de los propósitos del movimiento en las bandadas de pájaros es útil para evadir depredadores, se requieren más investigaciones para saber más acerca de la relación matemática, física y magnética en la sincronía de las aves al volar como un solo organismo, sobre todo para conocer la forma en que un aparente caos se traduce en orden.
